05 de julio 2009. - El abogado Raymond Orta aseguró que la firma que aparece en el
documento que promulga la presunta renuncia de José Manuel Zelaya
Rosales a la presidencia de Honduras, evidencia serias incongruencias
con respecto a otras rúbricas del mandatario centroamericano, plasmadas
en diversos documentos de la Alternativa Bolivariana para Latinoamérica
y el caribe, ALBA.
Orta, basándose en la realización de análisis grafotécnicos, relató
a YVKE Mundial que el documento cuestionado, que sería la presunta
carta de renuncia, tiene una incompatibilidad de tono en la parte de la
rúbrica, que la diferencia del documento del ALBA.
Comentó que la presión y la definición de los trazos en todo lo que
es la ejecución de la firma de Zelaya contenida en los documentos del
ALBA, donde predominan las iniciales HZR, tienen la misma nitidez.
No obstante, al contrastar este material con el documento que está
circulando por Internet sobre la presunta renuncia del mandatario
hondureño, descubrió que “sólo las iniciales”, que en esta oportunidad
cambian a HZE, “se ven muy nítidas”, a diferencia de lo que se percibe
en el resto de la firma, donde no hay tanta nitidez.
Esta discrepancia, a juicio de Orta, constituye un elemento de gran
relevancia desde el punto de vista grafotécnico, porque “pudiera
establecerse como hipótesis que estamos en presencia de lo que se llama
una fotocomposición digital, es decir, que este documento que se ha
reproducido haya sido compuesto con diversas imágenes”.
Explicó que cuando se va a suscribir un documento, y existe una
pauta o línea para firmar, la ubicación de la firma por lo general se
convierte en rutina. En ese sentido, expresó que la hipótesis de la
fotocomposición podría ser ratificada tras la aplicación de una prueba
de hábitos escriturales sobre la línea de firma del Presidente Zelaya
en los documentos del ALBA.
“Viendo varias firmas de los documentos del ALBA, pudimos detectar
que donde se coloca la frase “José Manuel Zelaya Rosales, Presidente de
la República de Honduras”, las iniciales de quien lo suscribió se
ubican en el ángulo posterior, entre la palabra Rosales y Honduras,
mientras que en el documento cuestionado, estas iniciales se ubican por
encima de la palabra Rosales”, acotó.
Asimismo, Raymond Orta aseveró que el inicio de la firma que
aparece en los documentos del ALBA, traspasa la parte izquierda y logra
ubicarse muy por debajo de donde dice José y Presidente. En cambio, en
el documento cuestionado, el punto más bajo de esta firma comienza muy
por arriba de la pauta de la firma.
“Todo esto evidencia una superposición de trazos, que baja hasta la
parte inferior donde se lee José Manuel Zelaya Rosales, Presidente”,
enfatizó el especialista en grafotecnia e informática forense.
Otras discrepancias encontradas por Orta en su estudio
grafotécnico, ponen en duda el argumento alegado por el congreso
hondureño para exigir la renuncia del Presidente Zelaya.
“Hicimos una comparación entre las iniciales que aparecen en la
parte inferior derecha de la firma de los documentos del ALBA y las del
documento cuestionado y observamos que hay diferencias estructurales
desde la inclinación de lo que sería la letra H”, agregó el abogado,
quien también se desempeña como consultor en pruebas judiciales
científicas.
Precisó que tras el contraste, las firmas plasmadas en los
documentos del ALBA presentaron ángulos y en la supuesta carta de
renuncia sólo se encontraron curvas.
Sobre la metodología utilizada en este estudio, Orta señaló que la
grafotecnia, a través de lo que se denomina motricidad del ejecutante,
analiza distintas características que van desde la estructura hasta los
hábitos de colocación de distintos elementos en la firma que llevan a
determinadas conclusiones.
Sin embargo, aclaró que estos resultados son de carácter preliminar
y de orientación, “porque lo responsable es que este peritaje se haga
sobre los originales, en los cuales se podrá establecer si se trata en
realidad de un original, de una fotocopia a color o de una
digitalización”.
El caso, a criterio de Orta, podría ser catalogado como un delito
por falsificación de documento o por uso de un documento falso, si la
justicia hondureña logra comprobar que el escrito que contiene la
presunta renuncia de Zelaya fue manipulado por medio de una
fotocomposición.
Adicionalmente, el hecho también podría ser considerado como un
delito informático, según el experto grafotécnico, si se demuestra que
para la construcción del mensaje se hizo uso de las Tecnologías de
Información.
“Si se corrobora que se trata de un documento que fue hecho a
través de computadoras, con programas de manipulación o edición
digital, pudiéramos estar hablando también de un delito informático de
falsificación (…) pero definitivamente las respuestas las tendrían los
abogados hondureños”, declaró.
Para el experto en grafotecnia e informática forense, al tratarse
de un documento que supuestamente da origen a ciertas acciones de
carácter legislativo y político en dicho país, lo primordial sería
realizar los respectivos análisis científicos al mismo y certificar o
no su autenticidad.
En ese sentido, aclaró que “primero habría que verificar que se
trate de un original. Seguidamente se tendría que averiguar si es una
fotocomposición, habría que hacer los cotejos correspondientes para
verificar que no se hayan hecho agregados”.
Insistió en que el cotejo y la experticia grafotécnica establecen
que no se puede peritar sobre fotocopias. Pero se mostró confiado al
reconocer que “en Honduras existe el criterio de que sobre fotocopias
no se puede peritar y es muy difícil que un perito de allá se vaya a
pronunciar sobre una fotocopia”.
Bajo esa premisa, consideró que para aclarar lo sucedido tendría
que aparecer el original de ese documento y ser entregado a los
grafotécnicos hondureños, a los cuales calificó como personas
“sumamente preparadas y con criterios a nivel de los más altos
estándares iberoamericanos”.
Raymond Orta es editor del portal, Criminalistica.net. Fue fundador
de la Sociedad Internacional de peritos en documentoscopia y
actualmente forma parte del Colegio de Expertos Grafotécnicos de
Caracas.