El saldo económico del pasado año 2013, no fue más favorable y de un solo dígito de inflación y de mayor PIB, gracias al boicot aplicado por sectores económicos de la derecha criolla y transnacional, liderados por Fedecámaras, sus filiales y Venamcham, bajo la dirección de la Embajada de EEUU en Caracas y del Departamento de Estado imperialista.
Por otra parte, las previsiones económicas tomadas por el gobierno nacional, desde el presupuesto calculado y dispuesto por el Cdte Presidente Hugo Chávez y la distribución de partidas y asignaciones de recursos, hechos por el Presidente Nicolás Maduro, garantizaron un equilibrio en la dinámica económica interna, en la que jerarquizaron a la clase trabajadora, verdadero sector productivo, incluso, sosteniendo al parasitarismo disfrazado de empresarios y prestadores de servicios, quienes buscaron liquidar las reservas y fuentes de divisas, con el canibalismo aplicado contra CADIVI y el SICAD, todo ello, en un complejo de redes corruptas y mafiosas, que conformaban pillos con franelas rojas en sociedad y concierto con los más feroces enemigos del régimen socialista y chavista, más los parásitos de siempre, llamados "aliados" o amigos, que han sacado jugosas ganancias, desde el actual sistema aduanero de puertos, cuna de la espiral inflacionaria y de la corrupción, pasando por la banca privada, que ha resultado ser, la mejor favorecida durante los últimos catorce años.
Dado lo anterior, se hace preciso y urgente: desprivatizar el negocio aduanero en Venezuela; promover empresas de producción social socialistas mixtas; sancionar severamente la corrupción (pasar del efectismo a la cultura de la honestidad); regular la banca, tanto en la tasa de ganancia, como en el apoyo al sector productivo y créditos habitacionales; aumentar racionalmente el precio de la gasolina a lo interno del país; controlar rigurosamente los comercios y servicios; diversificarnos a partir del primer rubro o mineral, como lo es el petróleo, no desde otros, como ha sido el consejo errado de muchos brujos de la economía; abrirnos activamente en el Mercosur, con ofertas atractivas hacia los países hermanos y hacia lo interno, en intercambios científicos, innovadores, estudios universitarios, comercios de productos derivados del petróleo, turismo "chévere" y otras bondades de la integración regional.
Lo fundamental a lo interno de nuestra vida social, está en que el gobierno nacional, con el Poder Popular, es decir, con la Contraloría Social, liquide el robo, el sobreprecio y especulación, para que alcancemos la plena soberanía económica. Si ganamos la guerra económica, tendremos crecimiento económico real.