Aproximación categorial

El sujeto de la Salud Mental Decolonial

Como hemos sostenido en artículos anteriores, la salud y en particular la salud mental, es el encuentro entre tres grandes subjetividades, la subjetividad del Ser, la subjetividad del Amar y la subjetividad del Tener-Estar, de lo que se desprende que debe existir un sujeto de esa salud. Cuando tratamos de aproximarnos a ese sujeto, surge la necesidad de conceptualizarlo o categorizarlo, si nos conformamos con conceptualizarlo, nos percatamos que dejamos "por fuera" componentes y procesos constitutivos de ese sujeto a lo largo del devenir de la humanidad, por lo tanto, nos debemos aproximar al sujeto de la salud mental decolonial, desde lo categorial, para tener una mirada "otra "integral y con potencia explicativa que tiene como categoría ¿Pudiera ser la falta de aproximación categorial, una de las explicaciones del porqué en momentos históricos recientes, el sujeto desapareció de las ciencias sociales, la sociología, la antropología, la política y hasta de la psicología?

Revisemos lo etimológico, porque a veces nociones, conceptos o categorías semejantes, se toman como sinónimos y pueda que lo sean gramaticalmente, pero no disciplinariamente, desde el punto de vista filosófico y académico: a) Individuo del latín individüs. Indivisible, unidad frente a otras unidades del mismo sistema o especie; b) Persona, deriva del latín y significa máscara del actor, personaje teatral, personalidad; la forma latina de persona deriva del etrusco "phersu"; c) Sujeto, nos remite al griego, hypokeimenon, lo que subyace como fundamento, lo que permanece como inalterable frente a lo cambiante de los atributos y desde el latín, subjectum, es lo que está por debajo, lo que se encuentra en la base. Subjectum el participio de pretérito pasivo del verbo subicio (subicere), formado sobre la base del verbo iacio (iacere) "arrojar, lanzar", y el prefijo preposicional sub "debajo de", de donde el significado primordial de "arrojar, lanzar debajo de" en sentido físico y moral, como "someter"; d) Singular, provienen del latín singularis, significa relativo a uno, por el sufijo ar, diferente a lo individual, porque es uno en convivencia comunitaria familiar, con otros y en un momento histórico preciso.

El sujeto de la salud mental, es un sujeto histórico colectivo, que como categoría inmediatamente nos remite a la subjetivación y esta a su vez a subjetidad, subjetividad, sujeción, subalternización, a) Subjetidad sujeto lógico, sujeto físico: cosa, causa, materia, objeto, b) Subjetividad conciencia, mente, vivencias, experiencias, saberes y conocimientos, Yo, por oposición al objeto y a la objetividad, c) Sujeción estar bajo el dominio o la ley de un poder, estar situado debajo, sometido, estar sujeto, ser vasallo, d) Subalternización, subalterno inferior, no reconocimiento como otro igual, sino "diferente colonial". De las categorías que emergen del sujeto, es de suma importancia la subjetivación como proceso explicativo, acerca de cómo un ser humano, se convierte en sujeto inacabado, en constante movimiento de cambio y transformación, para poder explicar una problemática teórica a cerca de la relación política y cultura a la que nos hemos referido en dos artículos próximos anteriores.

Para los estudiosos de la subjetivación, ésta es un proceso y no un estado, una situación, un estatus, un principio del ser, llegar a ser un sujeto inacabado, requiere un proceso de desidentificación y exigencia a un ser incompleto, inacabado, porque de lo contrario dejo de ser sujeto, sería la muerte del sujeto. La subjetivación permite el cambio permanente, que requiere la subjetividad, como rasgo cultural del ser humano. Dimensión externa del ser, exterioridad de Levinas, es decir un ser como "totalidad concreta" que tienen algo en común con otros, que lo identifica como semejantes y una externalidad de esa identidad del "sí mismo", como una extranjería que es el "para sí", algo inacabado, que es la subjetivación política, cultural o ética, que lo une al contexto actual y a la historia., No es posible pensar la subjetivación como un modelo identificatorio.

La subjetivación permite el cambio constante como rasgo cultural que tiende al infinito, a la trascendencia como necesidad humana. Es un devenir, sin saber qué es lo que viene. No es la subjetivación una autodeterminación del sujeto, porque no hay un sujeto apriori, porque entonces no habría subjetivación, porque la subjetivación es anterior al sujeto. La subjetivación es un rasgo cultural del ser humano, que le permite ser lo que es un ser humano que cambia que se puede transformar y transforma a la vez, lo que le permite transcender más allá de su ser, de la muerte, hacerse un ser trascendente, a través de cualidades positivas favorables y beneficiosas o a través de las negatividades de estas cualidades. La subjetivación, no produce cosas, sujetados o interiorizados, no produce soberanos, produce fuerzas y composiciones de fuerzas contradictorias en redes de fuerzas en oposición entre sí y no sobreponiéndose unas a otras, todo ello, en la subjetividad singular y la subjetividad colectiva.

Entonces, la subjetivación no es la producción de un sujeto definible al final del proceso; tampoco es obra de dicho proceso, el sujeto, su dimensión y su significación tienen que ver con situaciones, relaciones, composiciones de relaciones que la subjetivación da como resultado, sujetos de cambio y transformación inacabados con respecto a sí mismos, no idénticos a sí, sino sujetos "para sí", que permitan la configuración coyuntural, circunstancial como sujeto colectivo histórico y decolonial que facilite la superación de la colonialidad como aparato ideológico de dominación desde el pode, de imposición desde el saber, la ciencia y la academia y de alienación , cosificación y extrañamiento del ser humano; lo decolonial es promover, fomentar hacer que haga eclosión la subjetivación del sujeto colectivo histórico y decolonial. La subjetivación histórica del pueblo "en sí", como pueblo "para sí" o la subjetivación política del bloque social de los oprimidos, diría Gramsci.

De ahí que pensamos, que si no hay una subjetivación política, cultural y ética, que cambie la subjetividad colonial y colonialidad heredadas, seguiremos interpretando realidades, pero no transformándolas, seguiremos creyendo y fracasando en la construcción de revoluciones políticas, que tienen puntos ciegos o pre-juicios, a cerca de la subjetividad, como motor y estrategia de la historia; sin transformaciones de la falsa conciencia anidada en nuestras subjetividades, son imposibles las luchas de clase y las revoluciones.

 

alcalaafanadorp@gmail.com



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