La paz en medio de la lucha de clases

Hoy asistimos a un episodio propio de las confrontaciones entre la lucha de clases, por un lado la oligarquía, dividida por unos acuerdos que no los tocan para nada en su esencia y fondo, contra un pueblo que alienado se dividió en torno a una sarta de mentiras y la ignorancia de no leer bien los acuerdos y dejarse llevar por la propaganda guerrerista de la ultraderecha fascista y el Opus Dei colombiano.

Queda demostrado que la oligarquía más rancia de Latinoamérica está en Colombia, y que la guerra ha causado tanto estigma contra los movimientos insurgentes, que lo que se quiere es una paz eliminando al contrario.

Al ver los resultados podemos ver la composición y división del país político y el país nacional, el uno clientelista y burocrático, y el otro excluido, marginal y esperanzado; se podría pensar que hubo una gran votación que voto por el SI, por un cese de la guerra, perdón, justicia social y reparación y un NO, alienado que no cree en el perdón, sino en la muerte al victimario y enemigo de clase, como justicia y la venganza como reparación.

Como nos han hecho daño esos 52 años de guerra, donde las victimas las ha puesto el pueblo, como duele hoy pensar en otra Colombia posible, definitivamente, el odio pudo más que la razón, ganaron los reaccionarios, los que hicieron la negociación con los paramilitares para que todo quedara igual. Había mucho en juego, se perdía poder; ver a la insurgencia haciendo política con altura, ética y honestidad, no es un bocado apetecible para la burguesía, no es real para el capitalismo y peor aún no le funciona al imperio.

Un triunfo del SÏ, equivalía a abrir el debate sobre la Colombia socialista, eso es impensable para el Israel sudamericano, todavía hay muchos recursos naturales que explotar y entregar al imperio.

Con el No perdió el pueblo colombiano, perdió la región y perdió en especial Venezuela, pues aquí se votó contra la posibilidad de cambiar el sistema político y económico, no en unos acuerdos, sino en un proceso que comenzaba por respetar el derecho a pensar diferente, a construir sin temores un sistema de paz con equidad y justicia social, a construir fuera de la barbarie, la mayor suma de felicidad posible para los marginados, excluidos y nunca escuchados.

Colombia, el país con mayores desigualdades en el mundo, una cantidad considerable de la mal llamada clase media y sobre todo, los de las grandes ciudades, dijeron NO, y el señor del ubérrimo y genio del paramilitarismo, se vistió como el gran adalid de la guerra contra el socialismo, con su consigna del castro-chavismo.

Que mensaje se envió al mundo hoy, esperamos que se lea y relea este resultado en Venezuela, que comprendamos que el legado del comandante Chávez, está en juego, que su esfuerzo por llamar al pueblo a tomar conciencia, para que sea entonces el ser social quien determine la conciencia, es lo único que permitirá consolidar el socialismo en Venezuela y por ende para el mundo.

La realidad que nos espera entonces para la Colombia es lograr constituir una gran mesa social por la paz, que construya un gran dialogo nacional, incluyente, vinculante y transformador, donde ese acumulado por el SI, que construye la paz, logre posicionar los limitados acuerdos de la Habana, y nos podamos primero hacer una pedagogía verdadera de paz que conlleve a ese cambio cultural que necesita el pueblo colombiano para entender eso que llaman paz.

Colombia, tu mereces ser libre, digna y soberana, y no nos cansaremos de luchar por la paz, pero no la paz de los sepulcros, ni la paz de los fusiles, lucharemos por la paz que marque la independencia, el socialismo, la unidad latinoamericana y caribeña y el mundo multipolar con respeto y justicia por la naturaleza. SI a la PAZ.

equipoasenal@yahoo.es



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