Como lo veo lo escribo N° 195

¿Cojones? ¿De quién, en dónde? Una sola respuesta: ¡del pueblo, en el pueblo!

Cojones lo de Cipriano Castro, Pérez Jiménez y Hugo Chávez. Tengo que decirlo,  lo dice el comandante Ali, “…no es tiempo de recular, ni de vivir de leyendas”, basta de confundir al pueblo ¡soberanía es soberanía! y ya los yanquis han osado horadarla con la exón móvil, a través del gobierno irrespetuoso de Guyana que en varias ocasiones nos han visto la cara de blandengues para no decir otra cosa. Cada día estoy más convencido que el pueblo tiene que apoyar a sus líderes naturales para remplazar a la dirigencia actual; porque al igual, que después de Pérez Jiménez la seudo-democracia, destruyo y entrego al país, ahora después del comandante Chávez los seudo-socialistas están haciendo lo mismo. No dan pie con bola, no han podido controlar ni minimizar los verdaderos problemas del país y acuden al circo; porque no hay pan en este momento, para poner al noble pueblo a mirar para otro lado.
 
De cojones hablamos pero la realidad dice otra cosa, en mi anterior escrito recomendé un artículo sobre el irrespeto de  Guyana, y al tiempo leo con decepción que el mismo autor sugiere que le está dando armas a la oposición y otro escribidor peor aún; habla de un peine para que caigamos en la provocación y me pregunto ¿será tener cojones dejar de reclamar lo nuestro porque lo dijo la oposición? Ya veo porque no salimos adelante, seguimos los pasos que dicta una oposición apátrida en vez de los dictados del pueblo en revolución. Será, que como los yanquis, creemos que la única forma de imponer respeto es por la fuerza y el miedo a ella nos hace eunucos y por lo tanto sin cojones para mantener nuestros ideales y nuestro deber de defender la patria y su soberanía; juramento insoslayable del soldado sin importar rango ni condición.
 
No hay duda que el arma más letal que han empleado contra nosotros, desde hace mucho tiempo todos los imperios, es la intriga y el mantenernos ignorantes por medio de una dirección que se deja comprar con un elogio, una aventura o un billeton, que olvidan y sepultan  el ideario que nos legó el padre de la patria, el cual han banalizado muchos de los que escriben en las páginas revolucionarias; pisoteando sus pensamientos,  los que tienen la obligación de enaltecerlo. Dice un escribidor por allí que a muchos le da miedo nombrar a los estados unidos sin darse cuenta, como ellos dejan los pensamientos de Bolívar a un lado y recurren a las teorías foráneas, de Marx, Lenin Mao, etc.,  que solo sirven de referencia pues no guardan ninguna similitud con nuestra idiosincrasia, aunque esta, cada día se valla diluyendo por la invasión pacifica que nos vienen haciendo desde afuera.
 
Guyana si tuvo los cojones para faltarnos el respeto en varias ocasiones y nosotros recogemos firmas para demostrar que tenemos cojones para pedir que Obama anule su decreto, más no para evitar, que se lleve lo nuestro por el Esequibo. Por eso y  debido a que algunos defensores (no sé de qué cosa), siguen callados ante este atrevimiento y los intelectuales de izquierda están auto-amordazados, y el pueblo al que siempre me refiero se entera muy poco; quería colocar toda la información que deja claro la desidia y el desamor de la patria por parte de los responsables de resolver en definitiva este problema fronterizo, pero me parece repetir lo que debería ser materia obligada en colegios, liceos y universidades. En definitiva, todo esto me lleva a la conclusión, que la ignorancia y la confusión, serán los factores que terminen de enterrar los sueños de una patria digna.
 
Lamentablemente la frustración de no ver el despertar, del pueblo al que siempre me refiero, seguirá atormentándome y  hará que no me rinda en este empeño, y si los que tienen el poder de hacerlo prefieren no darle importancia a lo que acontece, de nada valdrán las explicaciones si no llegan a la conciencia del venezolano; y aquí hay que recordar de nuevo al comandante Ali: “...la inocencia no mata al pueblo pero tampoco lo salva, lo salvara su conciencia y en eso le apuesto el alma”. Que los que realmente aman a la patria, levanten  la bandera de la soberanía  e impongan el respeto que nos merecemos los descendientes de Bolívar, y el que no la pueda alzar, que se meta la lengua y la pluma en el bolsillo.
 
Sin embargo, para aquellos interesados en ilustrarse con el problema, les dejo los enlaces donde entre líneas, párrafos y fechas, pueden constatar cómo somos el hazmerreír de muchos; y solo dejaremos de serlo si le paramos y regamos por todo los confines la enseñanza del comandante Ali, cuando nos indica que: “…al chivo manso siempre lo arrean y eso no pasa si es montaraz… vuelve a tu canto de turpial… llena de gritos el cardonal…”. Que queremos que se cumplan los sueños de Bolívar, y se sienta realmente, la mayor suma de felicidad posible en todos los venezolanos.
 
 
 
 
 

 



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Luis Díaz


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