Contra la guerra mundializada

Las reservas energéticas acumuladas en el continente nuestroamericano de petróleo, biocombustibles, litio y coltán, imprescindibles para la supervivencia del capitalismo y el imperialismo yanqui, hacen necesaria la presión sobre los países ya sumisos a la dictadura mundial, y la desestabilización de aquellas naciones que se han parado a defender su soberanía y su dignidad. Esto ya lo hemos dicho hasta el cansancio en innumerables análisis políticos durante un decenio. Lo que ha calentado el terreno geopolítico mundial es la crisis en el medio oriente. Nadie sabe a dónde irá a parar la revolución musulmana que despertó en Túnez y prendió en Egipto. Y decididamente no para en esta franja de países árabes sino que pica y se extiende y también es manipulada para servir a los intereses capitalistas.

Desde Puerto Rico hasta Argentina se vienen gestando manifestaciones contra el salvajismo neoliberal gringo. En el Caribe protestan los estudiantes y reclaman derechos inalienables, en el sur descubren armas y drogas en una aeronave de las fuerzas armadas gringas, destinadas quizá para algún atentado terrorista de la CIA pero que sería facturado contra los enemigos del sistema. En Venezuela persiste bajo una red aparentemente no dilucidada una serie de sabotajes que van desde el acaparamiento de toallas sanitarias, papel higiénico, leche, medicinas, gas, alimentos de primera necesidad, huelga de estudiantes de derecha en la sede de la OEA con capítulos en el interior del país, con el objetivo de generar el caos colectivo. Instrumento que también practican en lo que se ha llamado “revolución de colores” utilizando facebook y twitter para la convocatoria, la manipulación y el chantaje generales.

Sumado a lo anterior tenemos los persistentes desastres “naturales” ocasionados por inundaciones, sismos, sequías, epidemias que van lentamente acumulando un espantoso número de víctimas, generalmente pobres y sin apoyo de los estados. Haití es un ejemplo emblemático pero no aislado de lo que estamos diciendo, y paralelamente, se ejecuta en estos países la silenciosa invasión de marines, IV flota, y se aprueban en Washington presupuestos que no tenían el abultado capital desde la II Guerra Mundial. ¿Es que todavía no nos damos cuenta de lo que está pasando en nuestras narices?

Desde 1989 Venezuela se ha convertido en un país cuyos cambios sociales ha repercutido en todo el continente de forma explosiva contra los intereses de la plutocracia mundial. Las relaciones estratégicas que tiene con Bolivia, Ecuador, Brasil, Argentina, Cuba, Uruguay, el Caribe, países como Irán, Rusia, Bielorusia, China demuestran que el modelo que se genera en nuestro país como alternativa al capitalismo salvaje es extremadamente dañino para el imperio. De esta manera el socialismo bolivariano contrapuesto a la doctrina Monroe representa en el orden de la articulación mundial una polarización radicalizada. Desde Venezuela se proyecta hacia el mundo una alternativa para la vida, para el buen vivir que muchas naciones están adoptando, y esto genera el caos en el seno del capitalismo.

Las cuatro crisis que se juntan en este momento en el mundo (energética, demográfica, climática y financiera) nos muestran la disolución, el desmoronamiento de más de 150 años de capitalismo feroz, la caída de una civilización del desarrollismo, el consumismo y la explotación cuyo resultado genera que la mitad de la población mundial sobreviva con menos de 2 $ al día, que más de 1500 millones de habitantes no tengan acceso al agua potable, que el hambre mate un niño cada cuatro segundos, que no podamos evitar la crisis climática que a su vez genera millones de damnificados y víctimas sin que nadie medie por ellos, y los astronómicos gastos para las naciones, endeudándose más de lo que están.

El aumento del precio de los alimentos producido por la especulación de las multinacionales destapa la olla podrida y causa muchos de los conflictos que tenemos ya y que van a venir muy pronto. El hambre transformado en arma contra los pueblos beneficia a las multinacionales y vuelve más ricos a los que son super ricos. Y simultáneamente a esto, las corporaciones del entretenimiento producen a diario las cadenas de series de televisión, novelas, películas, programas que también se ven por internet y se oyen por radio, así van ocupando el cerebro de los ya aturdidos habitantes del globo con basura, mentiras, chantaje, manipulación disociando las mentes y sometiendo a las colectividades, más allá del credo, religión, ideología, raza, color, sexo o tradición que tengan.

Se trata de una arquitectura para la guerra que se nos viene encima. Guerra como recurso contra las revoluciones de los pueblos que se rebelan en la aldea global. Como ven que no pueden con golpes de estados (suaves o duros) que fracasan infiltrando las revueltas, pierden millardos de dólares financiando a los partidos de oposición y ongs en naciones revolucionarias, se debilitan ante los atentados terroristas con la finalidad de desestabilizar y producir daño, y no terminan de destruir al bloque de naciones alzadas con sus pueblos destinados a defender la dignidad de sus patrias, van a la guerra directo.

El pretexto será una mentira, nosotros debemos luchar contra el proyecto belicista globalizado.


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Mario Forti

Astrólogo, filósofo, músico, tatankisi, escritor, poeta, critico, ddhh, tarotista, taoista, lector, meditación, yoga, sanación, terapias shamánicas integradoras

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