Enero 14 de 2013.-En el acto masivo de juramentación simbólica del presidente reelecto, Hugo Chávez Frías, en los predios del Palacio de Miraflores, el pasado 10 de enero, el pueblo demostró una vez más su sapiencia y creatividad, demostrado en sus pancartas, slogans, pero sobre todo, como se ha involucrado en el estudio de la Constitución de la República Bolivariana. La avalancha se hizo presente con su compromiso revolucionario, conciente del deber histórico de defender este proceso revolucionario que le ha tocado protagonizar.
El acto que iba a ser un juramento simbólico, se convirtió en una emotiva, profunda y genuina juramentación del Pueblo hacia el Presidente más querido de la historia contemporánea del país y tal vez del mundo, lo que puede evidenciarse en las distintas demostraciones que rompen los paradigmas y que nos llegan través de las redes sociales y de todas las liturgias del mundo.
El Pueblo, en un acto maduro, proclamó esta juramentación, como un acto soberano demostrándole al mundo que la revolución venezolana es un proceso imparable, y quien está más preparado para juramentar al presidente, sino el pueblo venezolano, empoderado con la constitución en sus manos.
Luego de la sentencia del TSJ, apelando al artículo 235, correspondiente al permiso por más de cinco días aprobado por unanimidad por la Asamblea Nacional (AN). El Presidente, en este caso reelecto, podrá juramentarse ante el Tribunal Supremo de Justicia, en una oportunidad posterior al 10 de enero, tal como reza el artículo 231 de la carta magna. Dicho acto será fijado por el TSJ, una vez que exista constancia del cese de los motivos sobrevenidos que hayan impedido la juramentación.
Para apoyar esta decisión, el pueblo juramentó al presidente y a la vez hizo un juramentó a nivel nacional en un acto sin precedentes en la historia de cualquier país, digno de tomar en cuenta por los estudiosos de la historia de este país y para demostrarle una vez más a la derecha nacional e internacional que la Revolución, está en el punto de no retorno.