Un hombre fenomenal condenado a conducir el destino del país

Que hombre tan preclaro y genial, qué profundidad y agudeza en el análisis, envidiable ese don y esa capacidad de interpretar la realidad de un país, una sociedad y una época. Un dirigente inevitablemente condenado al éxito y al liderazgo, diría cualquiera de los prolijos manuales de autoayuda de nuestros días.

Alguien que ha descubierto y es capaz de expresar públicamente que “este país no tiene dueño”, merece ocupar la más alta posición de dirección en el destino del país. Muchos hasta ahora dudábamos de la capacidad de este joven luchador quien, como el Juan Peña de Pedro Emilio Coll, es un “caso fenomenal”. Sólo ahora, después de estas declaraciones nos convencemos.

Nadie puede negar ahora que el descubrimiento que ha hecho este líder, sumado a tantas otras hazañas previas, le aseguran un liderazgo continental y hasta mundial. Un mundo que está careciendo de dirigentes no puede darse el lujo de dejar de lado a un hombre con las cualidades y las capacidades que atesora este joven. Descubrir y después tener la audacia de declarar públicamente que “éste país no tiene dueño” es una genialidad que no tiene parangón en nuestra convulsionada historia.

Este país de la dictadura más férrea que se haya conocido en toda su historia, nunca antes tuvo un dirigente capaz de decirle, con esa valentía tan suya, una verdad tan grande como la dicha por Henrique la noche del 8D, después de la nueva y aplastante derrota electoral que acaba de recibir la MUD.

Los “factores democráticos” del país deben alimentar la esperanza de que este Juan Peña de nuestros días, permanecerá un buen tiempo sin hacer nuevas declaraciones, dedicado a cavilar sobre nuestro negro futuro, hasta que en el momento más inesperado vuelva a sorprendernos a todos, como anoche, cuando sin que nadie lo esperara, sin que nadie lo hubiese pensado antes, nos lanzara aquel descubrimiento, su descubrimiento “este país no tiene dueño”.

Ni Bolívar en su tiempo tuvo tal capacidad interpretativa de la realidad, ni conservadores ni liberales, ni federales ni centralistas, ni los de la generación del 28 que se enfrentaron a los 20 años de dictadura de Gómez tuvieron entre sus filas un iluminado como este que lideriza hoy la MUD. Nunca antes el país tuvo la dicha de tener un hombre con esa cualidad de interpretar una realidad tan incompresible para todos, menos para él.

Por ese don y por otros es que la Venezuela decente, los demócratas de éste país consideran que cualquiera que ocupe la Magistratura y no él, será siempre un usurpador, un ilegítimo, un tirano, un déspota, un indeseable. Qué difícil se ha hecho que las grandes mayorías en Venezuela, en estos tiempos, tengan el acierto de elegir a alguien que está predestinado por la propia Providencia para conducir el destino del país.

 



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Carlos Luna Arvelo


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