La revista Semana de Colombia, que protege los intereses políticos y económicos de la familia Santos, abona con informaciones sesgadas un ambiente mediático para un nuevo escándalo del gobierno colombiano en contra de Venezuela. En los últimos años, ha sido costumbre del gobierno de Uribe Vélez y la estructura mediática de la familia Santos, crear un escándalo que pueda ser difundido en una red de medios internacionales a modo de cortina de humo, que distraiga la atención de hechos tan graves como los funcionarios del DAS capturados en operaciones de espionaje en Venezuela. Medios privados en España, Estados Unidos, Colombia, Perú, Honduras, incluso medios venezolanos con intereses compartidos con los países mencionados, se encadenan siempre con denuncias sin fundamento, para contrarrestar hechos graves que evidencian las violaciones de derechos humanos del gobierno colombiano. Un ejemplo de ello, fue la famosa computadora de Raúl Reyes, la cual se utilizó como una propaganda negra que desviara la atención de una invasión militar y la masacre contra ciudadanos colombianos y mexicanos en territorio ecuatoriano. El ex ministro Santos es acusado y debe ser juzgado por ser el mentor de ese delito, sin embargo, los medios colombianos enfilaron sus baterías en unas supuestas pruebas que se deslegitiman en si mismas por ser obtenidas en proceso no solo ilegal, sino que significó violación de la soberanía ecuatoriana y violación de derechos humanos, es decir, asesinato premeditado en primer grado por parte del ex ministro Santos.

El portal digital de la revista Semana presenta un trabajo “periodístico” firmado por José Monsalve, en el cual se pretende hacer ver una investigación sobre la situación fronteriza entre Táchira y Cucutá. El irresponsable periodista se atreve afirmar que aunque nadie lo diga, todos piensan que el asesinato de 10 personas, la mayoría colombianos fue realizada por el ELN, y sugiere con cinismo que en la zona hay una fuerte vigilancia del ejército venezolano, y por lo tanto no es descabellado pensar que son cómplices. En pocas palabras, Monsalve manipula la información tratando de acusar al gobierno venezolano de asesinar colombianos en complicidad con la guerrilla colombiana. Luego defiende a la policía del gobernador Pérez Vivas y sugiere que fue desarmada por el gobierno nacional y por lo tanto en un atraco murió un venezolano porque la policía sin armamento no pudo defenderlo. Más adelante en su “rigurosa” investigación, critica el control de contrabando de gasolina argumentando que los carros que regresan a Colombia deben hacerlo con el tanque vacío. Tiene el desparpajo de decir, que el gobierno nacional evade estas informaciones, cuando es el gobierno venezolano a través del Ministerio de Interior y Justicia, el que mantiene la denuncia en los medios de comunicación. Incluso el presidente Chávez en todas sus presentaciones públicas no deja de tocar el tema.

En realidad Monsalve firma esos trabajos periodísticos que se utilizan para ocultar hechos graves y orientar la opinión pública hacia el laboratorio de noticias falsas que salen de Colombia.

En cuanto a las personas asesinadas, bien sea por los paramilitares o la guerrilla, se trata de un hecho violento que viene desde el conflicto armado colombiano. Y el contrabando de gasolina y de otros productos hacia el vecino país también lo es. Debemos estar atentos, porque Semana hace tiempo con falsos positivos de la prensa, mientras el gobierno colombiano prepara un conflicto con Venezuela. La firma del acuerdo militar entre el gobierno de Uribe Vélez y Estados Unidos, además de el espionaje en Venezuela de funcionarios del DAS, son hechos públicos y notorios que deben ser investigados y denunciados.

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