Farsante siempre es farsante

Lo más hermoso de este planeta es el amor. ¿Entenderán los enamorados del dinero y el poder lo que es el amor? El amor nada tiene que ver, en absoluto, con el sexo; éste es parte de de ese misterioso sentir que nos hace sentir, que también nos hace emocionar con los hijos.

El amor es mucho más distinto con las ideas del capitalismo y los vendedores del sexo en la ciudad. ¿Se han dado cuenta los lectores de cómo ellos hablan del amor, del cuerpo, de la pinta que necesita el cuerpo, del embuste de los equipos para reducir de peso, cuando todo el mundo sabe que se rebaja cuando reducimos las porciones de comida que ingerimos?

Bueno, esa es la magia del capitalismo. Venden embustes a cada segundo, minuto, horas y días, porque esa es la idea del desarrollo que ellos tienen. Aclaremos: desarrollo, para los que forman parte del sentir explotador no es más que poner a los trabajadores a que vendan, que vendan y que vendan.

Sabemos de periodistas que se sienten tan identificados con el sentir empresarial (ojo pelao con esto) que prácticamente ejecutan a sus propios colegas, es decir, le sacan la chicha. No decimos nombres para no caer en esa bendita chismosería, pero esa es una realidad. También sabemos de periodistas que les importa un pito la información y que dicen ser tan fieles con sus empleadores que no creen en más nada. Que el CNP se vaya al abismo, el sindicato y los círculos, porque nacieron para ser adictos a la empresa.

Ni miro para ese lado, aunque me digan cosas. Solamente pienso en una cosa sencilla: Cada quien se merece lo que le corresponde.

Mientras algunos pensamos en los que menos tienen y en buscar las posibilidades que se puedan abrir para que los demás mejoren, pues otros piensan en ganar más. No los critico. Si sueñan con millones, ese es un problema exclusivo de ellos; esa es su ambición y así estarán sus espíritus maltrechos. Nunca hemos tenido capacidad para hacerle mal a nadie, ni siquiera pensarlo, simplemente nos apartamos de esas locuras y las dejamos pasar, siempre y cuando no nos lleguen denuncias directas.

Por las últimas expresiones que hemos visto de los oposicionistas a la revolución (nos dijeron que no les digamos escuálidos, asunto que no compartimos), no creemos que ese llamado al diálogo tenga sentido de la verdad.

Todos en este país saben que, los mismos que andan pidiendo diálogo fueron los mismos que intentan barrer con las conquistas que la revolución le ha dado a los ciudadanos. Entonces, todo es un embuste, porque todos ellos son mentirosos permanentes. En realidad, no creemos en ese llamado diálogo con la oposición, porque son farsantes, casi todos.



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Pedro Estacio


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