El palangrismo nos tiene pendejos: atención Vicepresidente y ministros

La revolución ganó el 76% del territorio venezolano. Son 255 alcaldes y alcaldesas contra un 22% de hombres y mujeres que se oponen al legado que el Comandante Eterno nos diera en bandeja. No decimos que no sea suficiente, pero alguna decepción campea en nuestros pensamientos por lo que sucede en gran parte de la contienda nacional electoral cuando analizamos el caso de Valencia, Barquisimeto, Barinas y Maracaibo por ejemplo. Ya venimos hablando, escribiendo y cantando, los por qué de las cosas, pero parte de este tira y coge terminan después de cada elección, en volver a reestructurar el método para el siguiente paso en lo económico, político y etc. Mientras todo esto acontece y lo damos como normal del proceso hacia la transición al socialismo, dejamos de lado uno de los problemas fundamentales que no nos deja avanzar y nos mantiene estancados.

Y no nos deja avanzar, con esa vieja y pervertida estrategia del capitalismo de palada que compra y vende almas del periodista, el locutor, al poeta, al escritor, al presentador y analista de la televisión venezolana y mundial de la derecha, que le importa un carajo si los identificamos como palangristas. Toitomundo sabe, qué és un palangrista, y para quien no lo sabe, un palangrista no es otra cosa que quien con el titulo de periodista o cualquier forma de comunicación que ejerza, vende su opinión, su reportaje, sus pensamientos, su presencia y su voz, a quien mejor le pague esa palada que lo hunde en la historia.

La empantanada que tenemos y que hace parecer que el legado del Comandante Eterno no avanza, es ese “trabajo” que el palangrista hace a los oídos y ojos del que los apoya y de quien en su inocencia, solo lee y escucha la mentira y el endiosamiento de los métodos capitalistas. Insistimos que los medios de comunicación de la derecha en Venezuela y el mundo, es el arma bulliciosa que tiene al mundo estancado en la sin salida. Es más cruel el mercenarismo de la comunicación, que las balas o las bombas de un mercenario literal; cuestión ya reconocida por los líderes de la derecha mundial y venezolana. Esa derecha mundial que a cada uno de sus triunfos en cualquier actividad geopolítica o geoeconómica en el mundo, agradece públicamente a esos medios de comunicación que le dieron el triunfo. Ya lo vimos en el golpe de estado del 2002, 2003: “Gracias medios de comunicación”, fue la frase más expresada para agradecer ese “trabajo” que hace el palangrismo y ganar la batalla del pensamiento que fácil se aliena con esa forma de comunicación pagada.

Ahora bien, vicepresidente y ministros venezolanos: hasta el hombre y la mujer más humilde de Venezuela en este momento de la historia, sabe, que mientras los medios de comunicación de la derecha sigan haciendo su “trabajo”, la confusión será la misma; con el agravante de seguir perdiendo los puntos que este proceso debiese tener asegurados con todo lo que el pueblo recibe a diario. Venimos dando pasos agigantados con las misiones ya reconocidas en todo el mundo, pero los pasos también agigantados del capitalismo que muta, hacen retroceder cada logro con esa distorsión que sus medios practican. Pero lo asombroso, es que la revolución venezolana y el observador mundial también saben, donde está el meollo del asunto y deja pasar, convirtiéndose en un omiso cómplice de sus casi derrotas anunciadas.

Vamos al grano: existen documentales, películas, reportajes escritos y filmados y toda clase de comunicación sociopolítica a nivel mundial, que denuncia ese capitalismo salvaje que hace del mundo una tolerada cochinada. ¿Pero qué venimos haciendo en Venezuela para hacer conocer ese material escrito y filmado ya existente y lo que puede seguir existiendo? ¡Prácticamente nada! Ese importante material escrito o visual no llega a quien tiene que llegar, porque se queda solitario en la pantalla de VIVE, VTV o Telesur; se queda en aporrea, en periódicos alternativos de casi nada circulación nacional y, para rematar el asunto en el caso de importantes películas y documentales, se transmiten a altas horas de la noche en ingles u otros idiomas, con textos en español y letra microscópica y superrrecontrarapidisima que no alcanza a digerir el más avezado lector con sueño. De nada sirven que ese reportaje, película o documento visual o escrito, sea observado o leído por ese mismo y poquísimo porcentaje de hombres y mujeres que sabemos donde se publican, mientras el grueso importante de la población, ignora lo que le hacen ignorar.

¿Cuál es la propuesta o qué quiero decir? Sencillito; ya es tiempo para que todo ese material nacional o mundial existente en películas, documentales, reportajes, artículos, teatro, o lo que sea, se presente al publico normal, al hombre y la mujer de la calle, en las casas de la cultura de cada pueblo o barrio de toda Venezuela. En las plazas públicas, en las escuelas, colegios y universidades bolivarianas; en las cuarteles de las FANB, en las casas de alimentación. En las fábricas, empresas y fincas socialistas. En la casa de la comuna o el consejo comunal; en la casa de la señora líder cívico local. En los complejos de vivienda bolivarianas. En los buses de SITSA y urbanos de la revolución, en el metro y las pantallas de los ferrys, en las bibliotecas de todo el territorio nacional; en las oficinas ministeriales y otras del gobierno. En las colas de los bancos, PDVales, bicentenarios, clínicas, CDI, hospitales y mercales. Y hacerlo de manera constante. No olvidar que el capitalismo y la barbarie también se imponen de manera constante y, de manera constante entierra mentiras al subconsciente de manera sutil, pero repetitiva, a través de su publicidad, novelas, documentales, reportajes, películas y análisis.

¡Ah! Pero en el caso de películas y documentales de otros países y filmados con subtítulos en español que debe ver y escuchar el pueblo, no hacerlo con los formatos que traen. Hay que reeditarlos con voces en español para que las entienda el más lento y el más ágil. Y en cuanto a la prensa y todo lo escrito, masificar ese material gratuito a nivel nacional. Mientras no hagamos algo parecido a lo que describo en esta nota, seguiremos siendo víctimas de la palada que recibe el palangrista hasta que convenzan al ingenuo que el socialismo es una pendejada. Tan pendejos, que en este momento están engañando al mundo en el funeral de Nelson Mandela. Se ríen, de vernos tan pendejos.

¡Chávez vive!

nanditopico@hotmail.com


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Hernando Cortés Pico


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