TeleSUR _ 29/12/06. - La decisión de la justicia iraquí fue repudiada y cuestionada internacionalmente, no sólo por la pena impuesta, sino también por la forma en la que se celebró el proceso.
Una de las voces disconformes con la medida fue la de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Louise Arbour, quien en su oportunidad pidió a las autoridades iraquíes no ejecutar a Sadam y a los otros dos condenados a la pena de muerte.
Amnistía Internacional, por su parte, criticó la condena y calificó el proceso contra Hussein de ''injusto''.
De acuerdo a esta organización defensora de derechos humanos, con ese proceso se habría desperdiciado la oportunidad de que la justicia impere en Irak.
''Todo acusado tiene derecho a un juicio justo, independientemente de la gravedad de las acusaciones en su contra'', dijo el director de la organización para asuntos de Cercano Oriente, Malcolm Stuart, citado por agencias internacionales de noticias.
La canciller alemana, Angela Merkel, recordó que su nación rechaza la pena de muerte.
Mientras, Rusia y Francia manifestaron preocupación ante la posibilidad de que tras la ejecución de Hussein se agudicen los conflictos en la nación árabe.
El Jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, consideró que fracasó la intervención militar estadounidense en Irak y pidió a las naciones de la coalición ''cambiar la estrategia'' en ese país.
También el primer ministro italiano, Romano Prodi, expresó la firme oposición de su Gobierno a la condena a muerte del ex presidente iraquí.
En Venezuela, el vicepresidente, José Vicente Rangel, consideró que quien debiera ser llevado a juicio por genocidio y delitos de lesa humanidad es el presidente de Estados Unidos, George W. Bush.
''Ese es un señor que merece ser juzgado por genocidio y por delitos de lesa humanidad'', dijo tras conocer el primer fallo de la justicia iraquí.
El Vaticano también se sumó a las críticas a la condena a muerte.
