Contra el Infantilismo de nuestras Organizaciones Revolucionarias

Una crítica a la pasada Asamblea de Organizaciones Populares, realizada el 17 de Octubre, Santiago, Chile. Convocada por el denominado Bloque Popular.

Las iniciativas por querer levantar una estructura político-revolucionaria que pueda representar de alguna forma los intereses de las clases dominadas nunca estarán demás. Particularmente en Chile hacen falta estructuras político-revolucionarias que puedan aglutinar a nuestras organizaciones marcadamente revolucionarias y a nuestras conciencias revolucionarias más avanzadas.

No obstante, pretender levantar una estructura política con ambiciones de trabajo a nivel nacional y, al mismo tiempo, desconocer dentro de su contenido interno algunas realidades específicas como lo podría tener cualquier país, es caer lamentablemente en un error de proporciones. No podemos, como organizaciones revolucionarias, desconocer u obviar las realidades particulares de nuestro país.

Por si lo puedan desconocer algunos: el conflicto Mapuche y sus justas reivindicaciones EXISTEN.

Podemos hacer frases bonitas como “Protesta Mapuche y Popular”, o un tanto parecidas, pero si no podemos abarcar ni mínimamente las reivindicaciones del pueblo Mapuche dentro de un denominado “Pliego del Pueblo” entonces estamos un tanto desfasados de la realidad.

La presencia de vacíos políticos dentro de cualquier estructura política debe ser abordada con responsabilidad y seriedad, sin caer en ataques particulares, viendo siempre por el fortalecimiento de dicha estructura.

Debemos tener, además, cuidado con las conducciones políticas irresponsables dentro de nuestras organizaciones o estructuras que pretendan gran alcance.

La maleza abunda dentro de nuestras organizaciones y si no somos capaces de sacar esa maleza y ponerlas en un lugar que corresponda a su condición, entonces estaremos y seguiremos dando vuelta en una maldita rueda de ficción.

La crítica y la autocrítica deben ser elementos a utilizar permanentemente –como instrumento de avance, para el crecimiento y fortalecimiento de nuestras organizaciones o estructuras político-revolucionarias.

Tratar de imponer un Centralismo desde alguna estructura específica sin tener la madurez suficiente que conlleva tener toda organización revolucionaria seria en materia de unidad y confianzas entre nuestras organizaciones, es sencillamente actuar con infantilismo y poca seriedad.

No hay nada de malo en pensar en grande, pero si vamos a pensar en grande entonces preocupémonos por tener bases sólidas y no bases de puras palabras o bases de papel.

El Centralismo no debe practicarse si no existe una solidez entre nuestra organización u organizaciones. Si queremos apostar al Centralismo entonces, primeramente, debemos tratar de ser humildes y trabajar duro en pos de fortalecer nuestros lazos de unidad y confianza.

Es fundamental el acercamiento a nuestras organizaciones regionales, si aspiramos a tener un trabajo a nivel nacional. Si desconocemos esto entonces nuestro trabajo a nivel nacional será un puro fracaso.

En este mismo sentido una Propaganda a nivel nacional para que sea sólida primero debemos tener lazos de unión y confianza de manera bien definida. Querer hacer una Propaganda nacional sin esa debida fortaleza es sencillamente, –o será, una Propaganda inútil y de poca efectividad.

El Centralismo podría fácilmente funcionar con una organización que mantenga lazos de unión y confianzas entre los suyos, mas difícilmente podrá funcionar si esta organización quisiera abarcar más organizaciones, específicamente regionales, sin tener esos mismos lazos de unión y confianzas para que pueda funcionar cualquier organización revolucionaria.

No hay que temerle al Centralismo. Más podríamos temerle a los que desean operar un Centralismo con una falta de solidez y madurez, que muchas veces solemos encontrar en algunas organizaciones revolucionarias. Pero a ello ni siquiera hay que temerle, más bien eso serviría para hacer las correcciones necesarias y tener la solidez correspondiente a toda organización revolucionaria.

Pero vuelvo a repetir aquí: debemos ser HUMILDES y deshacernos de esa mentalidad “capitalina” que suele ponerse en un pedestal de oro, queriendo mirar las cosas donde sólo su perspectiva puede tener razón y los demás sólo pueden tener una única opción: SUMARSE. No. Aquí tenemos que tener responsabilidades todos en esta construcción por erradicar el sistema de producción Capitalista.

SOCIALISMO O MUERTE!!!

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Níkolas Stolpkin


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