Mi palabra

El aviso para Petro y…

"Cambiar el mundo amigo Sancho,

que no es locura ni utopía

¡sino justicia!"

Miguel de Cervantes

Un amigo colombiano, con muchos años en nuestro país; llegó, cuando en su patria, era casi imposible vivir, porque la situación economía impuesta por la rancia burguesía, hacía estragos, causando una migración sin precedente y la patria de Bolívar, se convirtió en su refugio, hasta brindarle las mismas condiciones de vida, como a cualquier venezolano, así, como todo aquel, que llegaba buscando para emprender un nuevo camino de vida; el lunes en la tarde me lo encontré en una verdulería y a pesar de los años fuera de su terruño apenas me vio se me acercó para saludarme con cierta preocupación reflejada en el rostro, por la manifestación contra Gustavo Petro, expresando su opinión muy clara y clasista: ¡Petro, agarra el toro por los cuernos, con astucia y habilidad o de lo contrario lo van a cornear"

Colombia la había convertido el imperialismo en un campo de ensayos para atacar a cualquier país alejado de sus planes colonialistas, aprovechando una burguesía de lo más entregada a sus planes hegemónicos y prácticamente el bipartidismo obedecía a todas las directrices emanadas de la Casa Blanca y parecía casi imposible romper ese cuadro macabro, hasta la presentación de la candidatura de Gustavo Petro y ahí lo tenemos, como el presidente constitucional de Colombia, pero el que llega a la presidencia de cualquier país en el mundo, en representación de la izquierda y por supuesto del pueblo trabajador, tiene que entender, que el compromiso es de vida o muerte y cualquier culipandeo le abre el camino al enemigo para atacar, ya que, nunca desiste del poder y siempre está, como la culebra para lanzar la picada.

La última manifestación en contra del mandatario colombiano, aparte de un aviso, sirve para sacar varias lecciones, que pueden ayudar en esta lucha por la liberación de nuestra América. En primer lugar, el presidente Petro, reaccionó con mucha sapiencia y paciencia, lamentando profundamente las expresiones de odio, que piden desesperadamente su muerte y entre esas voces se podían ver personas propias del pueblo –negros, quienes han sido despreciados por su color por años– acompañando a integrantes de la clase pudiente y racista, que se apoyan precisamente con los de abajo, pero a la hora de recuperar y manejar el poder arremeten, con los que los ayudaron en sus macabros propósitos, ya que, hasta ahí llegan los halagos y las miradas tan engañosas, como el estafador vendiendo fantasías por oro, ya que, nunca falta un pendejo.

El nido de serpientes en Colombia se encuentra en plena agitación, pero es tan grande el peligro creado en los últimos años, que han alertado al pueblo y las manifestaciones se prenden y se apagan, como arropadas por inesperados aguaceros, la razón fundamental: los impulsores solapados de estas expresiones callejeras están tan desprestigiados, que no se atreven a dar la cara y aparte de disparar por mampuesto, como es el caso del servil de Uribe Vélez, Iván Duque, quien aparte de payaso no puede esconder sus inocentadas frustraciones al no poder derrocar al lado de Guaidó, al presidente Nicolás Maduro, pero además se arrastra de manera tan vergonzosa a los pies del imperialismo vomitando las misma expresiones de la María Corina Machado: "Nunca se deberían haber flexibilizado las sanciones contra el gobierno de Maduro"

Las enseñanzas de las marchas de la derecha pitiyanqui en Colombia es una sirena encendida en máxima alerta, para todas las fuerzas patrióticas y revolucionarias del continente, porque bien lo dice un refrán: ¡En guerra avisada no muere soldado y si muere es por descuidado! No es cuento lo de la crisis del imperialismo y concretamente en la sociedad estadounidense. La descomposición social está tocando cualquier puerta y los problemas se agravan, a pesar del boom publicitario con los migrantes, quienes siguen viendo hacia allá totalmente obnubilados. Todo el terreno perdido por muy mínima la extensión, es una desesperación y a esto se le suman las oligarquías, que siempre han actuado, como los amos y dueños donde se han acomodado, desde la guerra de independencia, el cual parece una maldición, ya que, al traidor de Santander lo reviven a cada momento. Gustavo Petro, para la rancia oligarquía y el imperialismo, es un caso semejante a lo de Nicolás Maduro en Venezuela: unas piedras en la bota y eso les impide seguir pisoteando, como lo venían haciendo, con las bayonetas en las manos.



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Narciso Torrealba


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