Engaño y fariseísmo con Trump

La campaña mediática a escala mundial en contra del presidente Trump alcanza niveles insospechables ¡Todos contra Trump! Parece ser la consiga. Y uno se pregunta ¿Por qué tanto empeño en cuestionar su gestión? Como presidente ¿Qué ha hecho Trump diferente a los presidentes que lo antecedieron? El interés y defensa nacional es el mismo. ¿Dónde radica la diferencia? ¿En la forma? Veamos los hechos:

Durante los dos años de la campaña electoral, Trump anunció con pelos y señales cuáles serían los planes de su gobierno. En esa larga disputa, y contra todos los pronósticos, derrotó a la elite de 16 candidatos de su partido republicano; remontó las encuestas, todas favorables a la candidata Clinton; y por amplio margen ganó la mayoría de delegados en el Colegio Electoral. Para completar la faena, con los votos que arrastró su campaña, el partido Republicano alcanzó la mayoría en ambas cámaras del Congreso, la mayoría de gobernaciones y el derecho a elegir el cargo vacante a Magistrado de la Corte Suprema de Justicia. ¡Triunfo redondo! Como dicen los jugadores de dados - “¡Topo a todo!”

Trump cumplió con los requisitos de las campañas electorales estadounidenses: gran despliegue mediático de histrionismo farandulero complementado con pagos millonarios por erogaciones publicitarias, aun cuando menores que su contrincante. A pesar de la campaña mediática y las encuestas en su contra, gana la presidencia. La asume y desde el primer momento comienza a ejecutar, con pelos y señales, sin cambiar ni una coma, lo anunciado en la campaña electoral. En las dos semanas de su gestión presidencial, los decretos expedidos corresponden a las promesas electorales. No hay engaño a sus electores. Entonces ¿Por qué lo cuestionan? ¿Qué lo hace diferente a los demás presidentes? Acaso ¿Ser consecuente con las promesas electorales?

En Estados Unidos como en Europa (recuerdan a Psipras en Grecia), es común ver cómo los elegidos a un cargo público no cumplen con lo prometido: ¡Engaño y fariseísmo! Según esta tradición, la promesa electoral debe servir sólo para conseguir votos, no para gobernar, por cuanto el elegido debe someterse a las políticas del establishment. Así funciona esta democracia. El engaño, tangible en las alturas del Poder, forma parte de la democracia burguesa. A Trump lo condenan por no respetar la costumbre establecida de decir una cosa en la campaña electoral y hacer lo contrario en funciones de gobierno. Al “truhan” Trump lo condenan por ser sincero con sus electores. ¿La sinceridad, la honestidad transformada en bellaquería, quién la determina?

En la reciente elección estadounidense, el establishment estaba representado por la candidata Clinton, pero, el electorado voto por Trump en franco y decidido rechazo. En los últimos 24 años, la política internacional de la Casa Blanca (establishment), ha consistido en agresiones, invasiones, guerras, destrucción de países (Yugoslavia, Afganistán, Irak, Libia, Yemen, Siria, Palestina, Colombia, Centro América). Y en política nacional, abandono de la infraestructura, desatención de las necesidades de las mayorías (50 millones de pobres). Ante ese cuadro, el electorado votó: en política nacional, por la atención a las necesidades de la población (desempleo, infraestructura, servicios); y en política internacional, por limar las asperezas con las grandes potencias (Rusia y China). ¡Hasta cuándo guerras! En las grandes movilizaciones populares contra la guerra de Vietnam (1974), la sociedad estadounidense proclamó su vocación de paz, violentada por los gobiernos. La sociedad estadounidense está cansada de financiar guerras que sólo han servido para acumular una deuda que llega a 20 trillones de dólares (20´´´000.000´´000.000´000.000 US$)

Si Trump y su equipo asesor consideran que la migración legal o ilegal trae competencia a la mano de obra estadounidense, está en el derecho de crear barreras legales (o muros físicos) en la defensa de los millones de desempleados nacionales y en defensa de la seguridad del país. ¿En dónde está el engaño, la farsa, la mentira, el populismo de Trump? ¿Hasta cuándo va a perdurar el chantajista argumento, según el cual, los migrantes son el origen del crecimiento económico de Estados Unidos? Hace cien años, esa conjetura podía tener alguna validez. Pero, luego de la Primera y Segunda Guerra Mundial, el crecimiento económico de Estados Unidos está sustentado en las guerras de rapiña y saqueo de las riquezas naturales que realiza en América Latina, África y Asia. Labor de la CIA, los Marines y empresas transnacionales. La declaración de John Perkins, agente de la inteligencia de Estados Unidos (la CIA) es muy elocuente:

“Nuestro trabajo es construir el imperio estadounidense. Crear situaciones en la que tantos recursos como sean posibles fluyan hacia Estados Unidos, hacia nuestras corporaciones y nuestro gobierno; y en realidad hemos tenido mucho éxito. Hemos construido el mayor imperio en la historia del mundo. Este imperio a diferencia de cualquiera otro en la historia del mundo, ha sido construido por medio de la manipulación económica, mediante el engaño, mediante el fraude, seduciendo a la gente hacia nuestro modo de vida. Damos a los países deudas que no pueden pagar, la mayor parte vuelve a Estados Unidos, al país lo dejamos con la deuda más montones de intereses y básicamente se convierten en nuestros sirvientes, nuestros esclavos.”

El trasfondo de la reciente campaña electoral deja traslucir las profundas contradicciones económicas y sociales que alimentan la hoya de presión social en Estados Unidos. Trump y su equipo asesor captaron el mensaje de las mayorías y tratan de buscar solución a los gravísimos problemas económicos. Claro, lo hacen con políticas propias de su mentalidad capitalista. El engaño y fariseísmo de quienes cuestionan a Trump, está en pretender negar esa realidad que comienza a destaparse con la presidencia de un millonario que representa a los millonarios ¿Qué pretenden los confabulados contra Trump? ¿Qué engañe? Trump tiene pedigrí de millonario y como tal actúa.

La cuestión del MURO, que tanta roncha y polémica causa no es una propuesta de Trump. La idea de construirlo fue llevada al Congreso y los senadores Hilary Clinton y Barak Obama votaron a favor. En el gobierno de Clinton comenzó la construcción, continuada en el gobierno de Bush que lo llevó a un tercio de su longitud (3000 Km). Durante más de veinte años nadie protestó por la construcción del MURO. Ahora que se anuncia la continuación, la protesta es mayúscula. Trump propone que México pague la construcción. Lo cual no es contrario al derecho consuetudinario, cuya norma jurídica dice; “la pared medianera entre dos viviendas debe ser costeada por los propietarios de cada una de las viviendas”. Si Estados Unidos financió la construcción de un tercio de la longitud del MURO, México debe pagar la construcción de una parte igual. En eso no puede haber discusión.

En todos los países existe el control de migrantes. En Venezuela ya tenemos más de 6 millones (colombianos, ecuatorianos, peruanos, cubanos, chinos, europeos). La semana pasada Macri propuso similar control en Argentina. La propuesta de Trump en ese sentido encontró acogida en el electorado. Ahí radica el engaño y fariseísmo de quienes protestan por el MURO y pretenden se desconozca la voluntad de los electores. Veamos:

En el bando mexicano y centroamericano, la migración es la forma encontrada por los gobiernos para aliviar la tensión interna ocasionada por sus políticas antipopulares, que son causa del desempleo, del desplazamiento de campesinos por el despojo de tierras y por los efectos económicos negativos de los Tratados de Libre Comercio (TLC). Ello genera violencia y actividades delincuenciales (narcotráfico, trata de personas, prostitución, criminalidad). Pero resulta que el migrante se transforma en fuente de divisas para el país por las remesas que envía en dólares. Los 34 millones de mexicanos que viven en los Estados Unidos (legales o indocumentados) suman 25 mil millones de dólares anuales en remesas, cifra superior a la venta de petróleo (23 mil millones). Vale para Guatemala, El Salvador, Honduras y en general los países latinoamericanos y del Caribe (Cuba). ¡Engaño y fariseísmo!

En el bando de los Estados Unidos, la protesta contra el muro y control de migrantes, viene de los empresarios que pagan la mano de obra (indocumentada), con salario de miseria. Alegan que la condición de ilegales no les da el derecho a recibir el salario establecido. Hay que mantenerlos como ilegales (indocomentados). La dificultad en aprobar la Reforma de la Ley de Migraciones no es por falta de entendimiento entre el partido demócrata y el republicano, sino, por lo que significaría la pérdida por apropiación de la plusvalía que el capitalista le arrebata al obrero al no pagarle el salario establecido. Para el capital lo primero es la ganancia. El Congreso de Estados Unidos está formado por senadores y diputados millonarios (empresarios). Condición para ser miembro del Congreso, ser millonario. Democracia burguesa elevada al clímax. El Congreso de Estados Unidos es un Club de millonarios.

El decreto de Trump que controla el ingreso a Estados Unidos, a nacionales de siete países de mayoría musulmana, levanta una ola mundial de protestas por cuanto lo consideran violatorio del Derecho Internacional Humanitario (DIH) y discriminatorio por cuestiones de religión. Los canales de la TV montan el melodrama de madres desesperadas en los aeropuertos; de niños separados de sus padres; de refugiados que huyen de las guerras y de la pobreza. Pero ¿Dónde está la causa del cuadro descrito por la TV? ¿En el Decreto de Trump o en las políticas guerreristas de Estados Unidos y Europa (OTAN), que destruyen la infraestructura de los países agredidos? ¿Y qué decir de la inversión extranjera que saquea las riquezas? Los ´habitantes de los países agredidos de múltiples formas, para huir de la hecatombe económica y social, buscan refugio en donde consideran existe la paz, los mismos países que realizan el saqueo (Estados Unidos y Europa). La huida, desplazamiento o migración les resulta tan tenebrosa como la situación de pobreza y de guerra vivida en sus países de origen. En consecuencia, la protesta que se levanta en todo el mudo por el Decreto de Trump queda en pañales ante las políticas guerreristas de las administraciones anteriores y está cargada de ¡Engaño y fariseísmo! ¿Por qué? Porque esos que ahora protestan por el Decreto de Trump no dijeron nada por las políticas guerreristas de Estados Unidos y la OTAN contra Yugoslavia, Somalia, Líbano, Palestina, Afganistán, Irak, Libia, Siria, Yemen, Colombia, Centro América. Ante los millones de muertos causados por las agresiones a estos países, la destrucción de la infraestructura, la destrucción del patrimonio histórico, el saqueó de las riquezas naturales, la rapiña de las transnacionales, los crímenes de los ejércitos mercenarios (Isis, Al Kaeda, El Califato) ¡Nada dijeron! En consecuencia, frente al cuadro descrito, el Decreto de Trump resulta intrascendente.

Es posible poner en la misma balanza el Decreto de Trump, de control de migrantes, y las agresiones guerreristas de Clinton, Bush y Obama? El melodrama mediático de la TV en los aeropuertos por el decreto de Trump, es una burla ante el horror de los millones de vidas humanas perdidas en la guerra de Irak, Afganistán, Libia, Yemen, Yugoslavia. Quienes ahora protestan, El Vaticano, la ONU y organizaciones confesionales o feministas ¿Dónde estaban cuando se cometían las agresiones? ¿Por qué guardaron silencio cómplice? Hablar ahora es ¡Engaño y fariseísmo!


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León Moraria

Nativo de Bailadores, Mérida, Venezuela (1936). Ha participado en la lucha social en sus diversas formas: Pionero en la transformación agrícola del Valle de Bailadores y en el rechazo a la explotación minera. Participó en la Guerrilla de La Azulita. Fundó y mantuvo durante trece años el periódico gremialista Rescate. Como secretario ejecutivo de FECCAVEN, organizó la movilización nacional de caficultores que coincidió con el estallido social conocido como "el caracazo". Periodista de opinión en la prensa regional y nacional. Autor entre otros libros: Estatuas de la Infamia, El Fantasma del Valle, Camonina, Creencia y Barbarie, EL TRIANGULO NEGRO, La Revolución Villorra, los poemarios Chao Tierra y Golongías. Librepensador y materialista de formación marxista.

 leonmoraria@gmail.com

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