“Nosotros nunca vamos a perder la Presidencia de la República”: Earle Herrera

¡Camarada, no diga eso...!

Y no es solo el cámara parlamentario y periodista quien piensa así. El propio Presidente Nicolás Maduro también lo ha dicho en reiteradas oportunidades. Obviamente que saludamos el espíritu ansioso y optimista que en circunstancias especiales y sin prejuicios les lleva a expresarse sin medir las palabras. En política no hay que dejarse llevar por las emociones.

Este caso, por la relevancia de sus actores, me motivan a dar mi modesto aporte para explicar con humildad revolucionaria, ciertos tremendismos en el discurso de muchos camaradas; los cuales de alguna manera pudieren desvirtuar el sano propósito de la idea expuesta. Al respecto agrego lo siguiente: saludo el optimismo del camarada periodista, pero el presagio contenido en su expresión “nosotros nunca vamos a perder la presidencia de la república”, es un error si tomamos en cuenta el tiempo que dura para consolidarse una revolución verdadera.

Desgastar la fuerza del optimismo y la esperanza en presagiar extemporáneamente un objetivo estratégico en la lucha revolucionaria; trae como consecuencia frustración y desesperanza en el pueblo bolivariano, si opera un imprevisto adverso al proceso que nos haga perder la Presidencia, tal como el que ocurrió con la AN el 6D/15. Entre bolivarianos nunca pensamos que tal desatino del pueblo pudiera ocurrir y ocurrió, al punto que hoy vivimos las consecuencias.

El “nunca “ es terminante y la lucha de clases es permanente. Además, las fuerzas que interactúan dialécticamente tienen altos y bajos. Acaso no es verdad que para muchos pueblos del mundo el capitalismo es invencible y, sin embargo como sabemos, ha tenido varias derrotas: Vietnam, Cuba, China, Nicaragua, etc. Algo de ello es lo que tal vez positivamente motiva a los artífices de los tremendismos, sobre los cuales alerto.

Cabe destacar que con tales señalamientos no pretendo desanimar a los emocionados expositores u oradores para que suavicen los términos en que se dirigen al pueblo en determinados momentos, pues sabemos de la necesidad de dejar una enseñanza, elevar la autoestima y estimular las fuerzas del combate contra un enemigo irreverente y criminal.

Por el contrario, me anima la modesta intención de hacer una crítica constructiva que nos ayude a utilizar las palabras correctamente y de la mejor manera hacernos entender del pueblo trabajador en el contexto de la revolución bolivariana.


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Casiano Díaz Durán


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