Al Comando Político Nacional

Construir un Partido Socialista

El actual momento político requiere de mujeres y hombres a la altura de las circunstancias, con la convicción puesta en principios constitutivos para una nueva practica-discursiva, además de compartir una enorme sinceridad en conocerse como incapaz en su individualidad y completo en su condición de sujeto socio-partidista. En tal caso, ser "sujeto de un partido", con principios, valores, fundamentos y bases contractuales que harán de cada militante un potencial transformador de la realidad inmediata. Si tal cosa no fuese así, entonces, la organización política vendría a ser una especie de asociación de interés particulares, plenamente individualistas. Donde, se conciben la proyección de una individualidad sobre el otro como una forma de construcción política para dicha organización, esto haría de sus militantes: carentes de discursos, escasos de práctica, ausentes de representación y mermados en símbolos. Entonces, distinguirse del espectro político-partidista actual y componer una particularidad como organización, debe ser la máxima constructora en el partido. Fíjense lo que dice Prieto (1976) sobre ello:

Los líderes no son nada más y nada menos que el reflejo de la voluntad del pueblo y en la medida en que la expresen, en la medida en que den satisfacción a sus necesidades, en la medida en que sean portavoces de lo que ese pueblo quiere, en esa medida serán los transformadores. No de la vida tradicional, sino de la conciencia donde esa vida tradicional se arrebuja para no dejar que en ella penetre la vida moderna que viene buscando canchas. (pág. 15).

Es decir, hay un más allá del partido que debe constituir la practica-discursiva del militante, un elemento que me atreveré a llamar "conciencia de pópulos" o "conciencia de pueblo", que de manera determinante debe estar hecha de un discurso y una práctica arraigada en el otro, que se solidariza con el otro, que se constituye en la defensa por el otro, y que se encuentra irremediablemente reconocido en el otro. Este elemento lo hace corresponsable con el otro en la transformación de la realidad (en la medida en que las mayorías populares plasman su descontento con el sistema socio-económico-político que les subyuga) y los lleva a nuevos destinos de un buen vivir. Donde la direccionalidad de esto lo sintetice un programa político-partidista que:

Debe ser y tiene que ser una condensada fórmula que lleve seguridad al ciudadano, que ponga en manos del hombre de la calle los instrumentos de su propia liberación y que le enseñe que un país no se construye desde arriba, que un país no lo hace un líder ni un gobernante, que un país lo hace un pueblo decidido puesto aliado de sus dirigentes para que cumplan, más que las palabras prometidas, las obras que van a satisfacer necesidades perentorias de toda la población. (Prieto, 1967, pág. 18).

Ante esto, es importante resaltar que un militante del MEP Partido Socialista, no es un desvinculado sino un integrador de las voluntades de vida, donde su instrumentación parte de responder fielmente a la doctrina de la liberación en consecución a los deseos democráticos socialistas que instan a la participación en el devenir histórico de un proyecto colectivo, dirigido por ciudadanos libres para el ejercicio cívico de sus garantías constitucionales. Rescatando que el MEP: "constituye la vanguardia política de la clase obrera y demás trabajadores manuales e intelectuales de la ciudad y del campo, al servicio de los cuales está en la lucha revolucionaria por la liberación nacional y la democracia socialista". (Tesis política, 1976, pág. 23). Somos entonces, militantes de lo popular, al servicio de las causas dignificantes de la existencia, en contradicción con las ambiciones de lucro y la acumulación de objetos, en oposición a la cosificación humana, y con instrumento de lucha con un solvencia moral inmaculada como lo es el "Movimiento Electoral del Pueblo, Partido Socialista".

En definitiva, mantenerse en un espacio político como el Partido supone afirmarse en los valores que este promueve como garantía de Lo Político, donde la discusión y la sintetización dialéctica otorgan la peculiaridad del accionar revolucionario. Pero ¿con quién discutimos? Con el pueblo, escuchando su sentir y respondiendo en correspondencia a nuestra tesis, ¿Qué sintetizamos dialécticamente? El accionar político para la resolución de todo conflicto, carecer de esta información nos hace presos del destino manifiesto que la Asamblea Nacional del Partido (1976) advierte:

Podría afirmarse que sin información política y humana los dirigentes de la cosa pública, los conductores de las masas no sabrían encontrar el derrotero cierto para la praxis que la política demanda. Líderes ayunos de toda información dan bandazos y tan pronto apuntan a la izquierda como a la derecha, se detienen en el centro para volver a las formas conservadoras que han contenido el avance de la humanidad, en busca de sistemas que contribuyan a forjar un destino mejor y a crear condiciones de vida favorables para las masas trabajadoras y para el pueblo en su totalidad. (pág. 23).

Líbranos Dios, líbranos Prieto de Traicionar a un pueblo. Combatientes estemos a la altura de las circunstancias. Discutir, Dialogar, Consensuar y Accionar Democráticamente es construir un Partido Socialista.

*Entiéndase las únicas palabras en negrita y en cursiva como una premisa máxima o mínima (según sea el caso) para la unificación del Partido.

M.E.P (1967): "Del tradicionalismo a la Modernidad, tesis política del Movimiento Electoral del Pueblo". Fundación Editorial Luis Beltran Prieto Figueroa. Caracas-Venezuela.

M.E.P. (1985): "Linea Política del Movimiento Electoral del Pueblo". Edita Comando Político Nacional. Caracas-Venezuela.

Correo: enaoh50@gmail.com Twitter: @americ0brice



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