El rescate de PDVSA (secuestrada por una élite aristocrática al servicio de EEUU) ha permitido desde el año 2003 una extraordinaria distribución popular de la renta petrolera y con ella la base económica fundamental de nuestra soberanía sobre los recursos naturales que coadyuvan a promover el desarrollo. No cabe duda que antes de Hugo Chávez, la inversión social era algo inexistente (misiones educativas, financiamiento a las comunidades, comercio a precios solidarios, redes de salud, etc).
Por su parte, el parasitario Capitalismo venezolano se ha destacado por su mil millonario desfalco bancario y la estafa financiera de sus casas bursátiles. Esa burguesía improductiva que anhela retomar el poder y que dice “especulamos pero damos empleo” aun se enriquece abusando de los humildes.
¿Quién olvida la antigua PDVSA pitiyanqui, cuya riqueza era de su elite gerencial y de sus patronos gringos? La realidad revela sólo dos caminos (dos modelos en conflicto), capitalismo y socialismo. Del estudio sobre la historia, los intereses de clase, la identidad de explotadores y explotados podremos entender el caos social de dónde venimos y la libertad popular que actualmente construimos.
Toda simplificación del entorno social, ayuda al oposicionismo pues él idiotiza a las masas con rumores mediáticos y discusiones tecnicistas sobre situaciones falseadas (alimentos, electricidad, índice monetario, etc.). Promovamos la perspectiva científica inductiva (visión de lo macro a lo micro) en nuestros aparatos de información, dirigentes, militantes y aliados, para que nada pueda invisibilizar la extraordinaria e histórica inclusión social que seguimos consolidando a través de la Revolución Bolivariana.
Constitucionalista. Profesor de estudios políticos e internacionales.
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