Los precios del petróleo y la economía mundial

Mucha gente piensa que la oscilación de los precios del petróleo se debe a manipulaciones en los volúmenes de producción de los países miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), corporación ésta integrada actualmente por: Angola, Arabia Saudita, Argelia, Ecuador, Emiratos Árabes Unidos, Libia, Nigeria, Irán, Irak, Kuwait, Qatar y Venezuela.

Como se sabe, la  OPEP es un organismo intergubernamental con sede en Viena, capital de Austria, Europa central, creada en agosto de 1960 con el gran aporte del venezolano Juan Pablo Pérez Alfonzo, como respuesta a la baja del precio oficial del petróleo, hasta entonces fijado unilateralmente por las grandes compañías distribuidoras,.

Los principales fines de la OPEP son: 1) su unificación y coordinación de las políticas petroleras de los países miembros y 2) la defensa de sus intereses como naciones productoras. Sin embargo, perversa y maniqueamente los países consumidores consideran la OPEP como un cartel, es decir, como una organización con propósitos únicos de beneficio unilateral.

Es muy cierto que la OPEP controla aproximadamente 43 por ciento de la producción mundial de petróleo y 80 por ciento de las reservas del mismo. Maneja alrededor de 51 por ciento de las exportaciones de crudo. Además, concentra la totalidad de la capacidad de excedentes de producción de petróleo del mundo, lo que, de hecho, la convierte en una especie de banco central del mercado petrolero mundial

Los precios del petróleo, que en la realidad se comportan como en un vaivén, son consecuencia de una batería de razones, unas más influyentes que otras, y que varían en el transcurso del tiempo y según circunstancias de diferente índole, entre las cuales destacamos:

a) Control de la producción bajo el sistema de cuotas; modalidad ésta adoptada por la OPEP;  b) Incremento de los costos exploratorios, por lo que las compañías buscan una compensación; c) Conflictos en países productores o estratégicamente ubicados en el tránsito de la distribución, como los situados en las márgenes del Canal de Suez y el Estrecho de Ormuz. Por cierto que en las regiones del Caspio y Medio Oriente se viven situaciones tensas que influyen en el precio final del crudo y sus derivados debido al carácter inmediato de la reacción de países exportadores que acusan como el factor militar se liga para jugar un papel más grande evaluando los proyectos individuales  de energía y los potenciales de regiones enteras en la política de energía global. d) Disminución de las reservas mundiales (en Venezuela se han incrementado de 77.000 a 297.000 millones de barriles en los últimos cinco años); e) El consumo desbordado de petróleo y sus productos (aunque desde 2008 los países más desarrollados lo han disminuido); y f) La recuperación de la producción industrial en los países más desarrollados; g) El aumento sostenido del consumo de países emergentes como Brasil, Rusia, India y China, que suman conjuntamente el 43% de la población mundial y que juntos son responsables de más del 60 por ciento del incremento del consumo total.

Es necesario señalar que la OPEP, que en algún momento tuvo una producción de 29 millones de barriles diarios, hoy produce tan sólo cerca de 25 millones.

En décadas anteriores a 1970, las compañías petroleras de capitales ingleses, holandeses y estadounidenses principalmente, apenas les pagaban 20 centavos de dólar por barril a los gobiernos de Arabia Saudita, Irán, Irak, Emiratos Árabes, al igual que a Venezuela y México. Hacia 1948, el petróleo bajó aún más sus precios, pero hacia 1950, por acuerdo entre Venezuela y Arabia Saudita, se instrumentó la aplicación de un impuesto de 50 por ciento sobre el crudo, con lo cual éste se incrementó a 80 centavos de dólar por barril. La medida conllevó que Irán y Kuwait siguieran el ejemplo. En 1959 se produjo una reducción drástica del precio, impuesta por las empresas en el Golfo y Venezuela, lo cual produjo disminución en la recaudación fiscal de esos gobiernos y su consiguiente predisposición. 

Así se llega a 1960, cuando nuevamente ocurre una fuerte baja, que lleva a los principales países productores a nuclearse en la OPEP y su fundación en Bagdad. 

En 2011, el petróleo ya no cuesta 7 dólares, como en 1975, ni 30 como en 1985, sino alrededor de 100 dólares. Nadie sabe hasta dónde llegará, pero es predecible que en algunos años sobrepasará los 150 dólares.

En la actualidad, en toda esta situación, dos grandes naciones están produciendo impactos cada vez más notables en los precios del petróleo. China, por ejemplo,  está desarrollando una agresiva política petrolera internacional, ya que la petrolera estatal China (CNPC) tiene yacimientos en Kazajastán con una inversión que supera los U$ 5.000 millones. Además, el gobierno chino, consciente de la necesidad de desarrollarse en el mercado mundial donde solo juegan los grandes, ha otorgado mas de U$ 1.000 millones a las compañías CNPC y a la National  OffShore  Oil Corporation (CNOC), así como a la empresa mas poderosa de China, la China  Petroleum  &  Chemical Corporation (Sinopec). A ello se suma que en los últimos diez años, China ha pasado de ser el sexto al segundo consumidor de petróleo. En el año 2000, Estados Unidos consumía 22 millones de barriles diarios, sextuplicando a China que sólo consumía algo menos de 4 millones; en 2010, el gigante asiático consumió un promedio de 8 millones de barriles diarios, mientras que EEUU bajó a 19 millones. Eso significa que mientras el consumo de petróleo en Estados Unidos decreció un 13,5 por ciento, el nuevo gigante industrial ha crecido más del 100 por ciento,, eclipsando sobradamente el consumo de petróleo de Japón. China se erige ahora en segundo lugar solamente por detrás de Estados Unidos.

Todo lo anterior tiene una gran influencia en la formación de los precios del petróleo. Y ese arribo a la meta psicológica de los 100 dólares el barril, tiende a prolongarse en el tiempo, dado que países productores como Libia, Irán, Ecuador y Venezuela, consideran que el precio en ese entorno es lo más justo. No hay que olvidar que el preció alcanzó su máximo histórico el 7 de junio de 2008 con 147 dólares el barril, mientras que países como Alemania, EEUU, España, Francia, Portugal e Inglaterra, entre otros, alertan sobre el peligro que esto representa para la economía mundial.

Los próximos meses, y con seguridad los años cercanos por venir, serán de gran impacto en el comportamiento del bienestar de la población de menores recursos y de importantes transformaciones en los países industrializados.

Venezuela, con sus grandes reservas, se erige como un factor que puede servir de equilibrio en el desarrollo energético de los países de Latinoamérica y el Caribe.

cepo39@gmail.com

(*) Miembro de Número de la Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia



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César Prieto Oberto (*)

Profesor. Economista. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia. Candidato a Dr. en Ciencia Política.

 cepo39@gmail.com

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