Escrito para un Defensor del Pueblo

La Defensoría del Pueblo: ¿Un sueño poético o la razón práctica para el clamor de una esperanza?

"Hasta cuándo estaremos esperando lo que

no se nos debe…Y en qué recodo estiraremos nuestra

pobre rodilla para siempre ¡Hasta cuándo

la cruz que nos alienta no detendrá sus remos".

César Vallejo

Amparados en la "sinrazón" quijotesca, nos aventuramos en el desvarío al imaginarnos que ya tan sólo el nombre con que se designa a esta institución del Estado supone una especie de tranquilidad ante la angustia ideada en contra del ser venezolano por una clase identificada con el modo de producción capitalista. Tal vez, esa denominación ¿estaría enmarcada en la orientación de un texto constitucional garantista? o ¿en la tendencia humanista de canalizar efectivamente la desesperanza de la ciudadanía? Quizás, ¿un ensayo socio-político-jurídico en cuanto a sentar las bases para crear la escuela de la convivencia inter-humana? Estas interrogantes nos las planteábamos porque percibíamos una desnuda percepción por el hecho de que aparece cristalinamente la palabra "Pueblo" que distingue a la Defensoría. La comparecencia de esa energía humana en la dinámica social, presumimos, implicaría una nueva visión ética en la relación institucionalidad-"Poder Popular".

Al principio, recurríamos a la imagen del personaje Don Quijote de la Mancha también asimilado a Simón Bolívar por aquella expresión pronunciada en un momento dramático "del ser y sus circunstancias". Enunciado que intuimos un tanto entre la desilusión y la ironía, atribuido a ese héroe de carne, huesos, dolor y tristeza venezolano que se equiparara con ese protagonista novelesco afirmando que: "Somos Don Quijote y yo los dos grandes majaderos de la historia". Y este dramatismo lo percibimos porque los dos actores, cada uno en la dirección de sentido de sus aconteceres previstos e imprevistos, de alguna forma coinciden con la idea de la libertad, "enderezar entuertos" y la justicia como bien supremo para alcanzar el equilibrio social de la humanidad. Claro está, que cada quien ubicado en su justa dimensionalidad histórica cuando asumieron la firme decisión de empuñar la espada, tomar la palabra y ejecutar la noble acción de luchar por una esperanza.

Pudiéramos entrever como una paradoja del desamparo la inhumana arremetida contra el bolsillo del ciudadano común. Al parecer, este comportamiento se calificaría como un caso atípico, si observamos que el país y la actuación institucional recobraron su movilidad social con la contundente respuesta del Poder Originario bajo la figura plenipotenciaria de la Asamblea Nacional Constituyente. Sin embargo, bajo la presunción de la buena fe del equipo de profesionales que laboran en esas organizaciones al servicio de la comunidad, nos sorprende lo público y notorio de cómo proceden los expendedores de mercancías de todo tipo en un villano acto de despojo al ciudadano en la adquisición de un determinado producto. Y para enmascarar el abuso en esas operaciones de carácter económico se apela al tecnicismo del lenguaje al usar la voz "inflación" o referentes monetarios externos e ilícitos llámese "Dólar Today". Pero en la "Vox Populi" es solamente un acto de rapiña o un robo dado el acelerado descaro y cinismo cuyo objetivo es revalorizar sediciosamente a cada instante los precios como en una sabana sin dueños.

Podría interpretarse la actuación de esos innobles victimarios como un intento premeditado de precipitar la angustia con un fin sospechosamente determinado: ¿político-partidista, guarímba terrorista, guerra o desestabilización económica? ¿Podríamos considerarlo como "Noticia Críminis" dado el grado ascendente de fragancia? ¿Qué sanciones ejemplarizantes y reparaciones procederían ante tal indefensión masiva del ciudadano, sujeto de derechos aunque insolentemente vulnerados? Si bien, no entrando en los nobles fines para lo cual fue creada dicha institución, su presencia y manifestación como Ente ante la sociedad ya evoca una potente autoridad que emerge en la expresión: "Amparo de Derechos Colectivos y Difusos intermitente". A pesar de que su gran tarea entre la ciudadanía pareciera también quijotesca. Ahora bien, puesto que no creemos en la imperante institucionalidad neocolonial "en tiempos modernos", resulta impresionante observar que en la actualidad la esperanza del ciudadano resida en la concretada Defensoría del Pueblo. En fin, esta es la "sinrazón" que nos convoca a manifestarnos y preguntarnos: ¿UN SUEÑO POÉTICO O LA RAZÓN PRÁCTICA PARA EL CLAMOR DE UNA ESPERANZA?

La historia contemporánea, motor de los instintos "Tánatos (Muerte-guerra-destrucción-odio) y Eros" (Vida-amor, edificación, creación), nos ha mostrado que los métodos de lucha con los que el sujeto ha defendido su dignidad humana han variado e igualmente tecnologizados. En tanto, el cerebro reptilineo se mantiene intacto pues abunda el egoísmo y se "progresa" también en las "reinvenciones" de formas de sufrir como "las mil maneras de morir". Quiere decir que se precipita el instinto de "Tánatos" mas el de "Eros" sigue en naufragio. Vale recordar, entre otras, la muerte del comandante Raúl Reyes de las Fuerzas armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Yasser Arafat (Estado de Palestina), la masacre los Tutsis de Ruanda, crímenes en las comunidades negras en los EE. UU, la de Hugo Rafael Chávez Frías, los caídos el 27F. 89, y las muertes acompañadas mediante la inducción de una publicidad y propaganda tendenciosa de manera pública y notoria, a través de los medios de comunicación maquinados con medios internacionales en donde hubo hasta quemados iluminando las calles de Venezuela y alumbrando las prueba de la criminalidad. ¿Habrá suficiente material que pudiera fungir como prueba, aunque los victimarios presumen de la "inmaculada inocencia" ante la criminalidad? ¿Y qué hay con el fenómeno del "bachaqueo" de bajo cuño, medio y alto?

¿Con qué, a qué distancia y de qué manera pueden mirarse los hechos, además exhibidos irónica y cínicamente como espectáculo para inducir al odio, terror e instigación a delinquir? Algunas consecuencias nada despreciables pudieran coincidir con el vocablo extermino del semejante; exacerbadas por supuesto cuando se señala todo aquello que se parezca a chavista hasta caer en la exagerada "disociación psicótica" de tratar de desaparecer del vocabulario la palabra "Maduro" en un triste y cotidiano acto de habla. Por ejemplo: "Yo quiero un plátano grande y que esté bien maduro". Muestras suficientes hay, algunas que otras rayan en la estupidez. Pero al no tener la información sobre el nivel de frecuencia en cuanto a la actuación para administrar la justicia, que no se duda es positiva y efectiva, no obstante fluye la duda en la incertidumbre que agobia al ser humano.

Nada de mecanismos de culpa alienta este ejercicio del pronunciarse sobre algo, alguien o una totalidad del Ser-en el mundo. Más bien aplaudimos la actividad desplegada por este organismo emanado del ideario de Simón Bolívar referido al Poder Moral. Pero en virtud de lo que denominara Hugo Rafael Chávez Frías como "Geometría del Poder" pudiera multiplicar la acción de la Defensoría del Pueblo y ser insertada en todas las nuevas formas de participación ciudadana, otorgándole cualidad y siendo tutelada desde esa instancia. Todo con el propósito de poner en práctica la dialogicidad ser-Poder Popular en función de la educación popular ciudadana referida por Simón Rodríguez, y concretar la transferencia al Poder Popular. Recordaros el cáncer metastásico del caos y el desprestigio que se ha propagado desde los medios de comunicación de mensaje y masaje masivo en contra de la ciudadanía de nuestro país tanto desde el interior como del exterior. He allí algunos resultados cercanos: "Decreto Ejecutivo de Barack Obama" y "Sanciones de Donald Trump" interventoras-imperiales.

Sí, ha habido avances de considerables dimensiones en cuanto a políticas sociales, educacionales, económicas y otros derechos que han sido un factor de equilibrio social a favor de los sectores menos favorecidos. Reconocidos unos por organismos internacionales, pero invisibilizados por los medios de comunicación internos y, últimamente, fulminándose sus alcances a raíz de los "crímenes económicos" accionados por una clase social dominante dueña de los medios de producción-distribución, que se ha propuesto "fría y calculadamente" provocar, humillar y ahogar hasta intentar liquidar las esperanzas de un pueblo aún en pie. En ese clamor centrado en la figura canalizadora de su fuerza y poder moral reside el propósito de activarse en la razón dialéctica del Estado de Derecho Social y de Justicia. Ahora, ¿qué lectura podría hacérsele a la estrategia de los precios acordados? ¿En cuántos establecimientos existen listas visibles de los precios de esos productos? ¿Por qué y con qué rapidez de algún arte de magia desaparecieron tales productos? Decir paternalismo, ¿no sería una manera de ocultar la práctica histórica-social de la inoperancia de en la cosa pública?

Finalmente, Venezuela está llamada a ser el gran territorio del experimento social de lo posible. Supuesto ya visualizado en lenguaje futuro por el Maestro Simón Rodríguez. Aunque Simón Bolívar en una de sus arengas moralizadoras ante los asambleístas de su tiempo decía: "¡Trescientos años de calma no bastan! ¿Y es que somos herederos de algo todavía para seguir esperando? Si es así con el Peruano César Vallejo navegaremos en ese para siempre, al compartir esa súplica que aguardan nuestros corazones de madero cristiano, que no mueren con "un disparo de nieve".



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