Maletinzazos

Maletín en Venezuela es sinónimo de historia. Se recuerda aquella vez que el peregrino de los refranes y la voz llorosa, Luis Herrera Campins aplicó uno de ellos en un viejo cine de Sabana Grande y que para chanchullear algodón de azúcar en pro de una candidatura o que sé yo, y el otro fue el maletín que dejó olvidado el gordito de Michelena Marcos Pérez Jiménez en una parte de Miraflores con una buena cantidad de dinero adentrito y que un “demócrata” se birló como por arte de magia.

Luis Herrera Campins era uno de los maestros de Julio Carlos Andrés Borges, quien años más tarde se quitó la sotana de “opudeísta” y se empató con “Cara de guapo” López, Alcalde Chacao, para formar un partido de corte fascistoide, racistoide, y medievaloide. Julio Carlos Andrés Borges se hizo ducho en el arte de la rapiña. En eso andaba cuando se unió al tipo de los bigotes de manubrio para que le diera un espacio en RCTfuiste e hizo un programa ofensivo a la indosincrasia venezolana. Allí se vejaba a la gente. Se recuerda que hasta los mismos integrantes de Radio Rochela hacían parodias de la actitud de Julio Carlos Andrés Borges al frente del mismo.

¿Dónde ocultaba la mamá de “Guapo de escalera” López el día que le llevó el dinero de PDVSA, que según sabe el pueblo venezolano y parte de La Patagonia se lo chanchulló de esa empresa, al par de “angelitos” esos para que inscribieran el partido Primero Justicia? ¡Pues, jolines! En un maletín. Cuando “Caraecaña” Lusinchi conoció a Blanca Ibáñez en El Emperador de la esquina de San Francisco donde ella trabajaba trasegando cervezas y licores de mesa en mesa, ¿dónde le llevó un dinero para que se saliera de esa chamba donde él no podía confesarle su amor porque le daba pena con la gente? ¡Pues en un maletín!

Maletín atrinca fue el que se usó para enviarle el dinero desde el Norte a la “rodillita” María Corina la guapachosa. Un día ella convocó a William Ojeda, Julio Carlos Andrés Borges y CIA a la repartición y aquello daba asco, cuando se abrió el MALETÍN, la cantidad de verdes era para coger palco. Tenían los rostros como Alíes Babosos restregándose las manos con sabrosura pá goza.

El MALETÍN de Ciliberto fue otra historia. Con lo que llevaba adentro compró unos “yipses” y se los repartió a sus amigos. Le dio a Blanca Ibáñez y ella fue y se compró unos caballos de paso que instaló en Fuerte Tiuna. Esos caballos los aseaban y los cuidaban jóvenes soldados y cuando la niña de Blanca iba a montar, los pobres soldados tenían que agarrarles las patas (a la niña: no al caballo) y subirla.

MALETÍN FUE EL QUE LE DIERON AL traficante de droga que indultó un presidente nacido en Colombia que sucedió a CAP, para que dejara el pelero por no se sabe qué. Se recuerda también que CAP se choreó el maletín de la PARTIDA SECRETA y por eso fue que perdió la chamba. Maletín repleto con una boloña fue el que le dieron a Luis Piñerúa Ordaz cuando Rómulo llegó a la presidencia y éste, Piñerúa vivía en un rancho por Casalta y Rómulo lo llamó para que fuera ministro y al día siguiente además de comprarse una quinta en el Cafetal, tenía 15 guardaespaldas y 2do grado de primaria.

Con un MALETÍN REPLETO Morales Bello adquiría cuadros de pintores famosos, que lucía en la sala de su casa para darse caché. Con un maletín hasta la coronilla, Cecilia se iba a New York a comprar ropa y perfúmenes y ¿quién le llenaba ese maletín?, pues nada más y nada menos que el viejo “cocaíno” CAP. Y, ¿Quién olvida el maletín que le dio Teochoro Pez Coz a su hijo cuando quebró a Viasa? Fue el único que cobró. Los demás nada de nada. MALETÍN ARRECHO fue el que usó Manuel Rosales para rellenarlo con munas el día que se hizo Alcalde de Maracaibo. Fue tan atrinca ese maletín que llegó a esa alcaldía pelando bola y hoy está en el libro Forbes como unos de los más ricos de Venezuela y parte de Cocuyo.

MALETÍN cojonudo fue el que le dieron a Víctor Manuel García para que filmara en la casa de Anopeleón Bravo el discurso de los militares golpistas. Maletín el que usó “El Cuervo” para llevarles un dinero a unos muchachos inocentes en Altamira para que cometieran varios crímenes. Maletines, mi pana, fueron los que usaron los oligarcas adecos, copeyanos, para fabricarse tantas quintas lujosas al Este de Caracas, edificios, bugallow, en casi cincuenta años de “democracia” puntofijista, mientras al pueblo les daban cartones de la Ford Motor Corporation y láminas de zinc para que poblaran los cerros de Caracas y votaran por ellos cada cinco años.

Maletín lleno de esperanza y fe es el que tiene el pueblo venezolano para devolverles a los golpistas cualquier acción donde se vea involucrado cualquier daño contra la REVOLUCIÓN BOLIVARIANA

aenpelota@gmail.com


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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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