Trump, Pionyan, Maduro y la colita de pensionados

Eran las tres de la madrugada cuando llegue al banco Bicentenario de Charallave en el Estado Miranda, la cola ya contaba por delante con casi cien pensionados, todos sentados, en los respectivos banquitos de plásticos que alquila un señor por doscientos bolívares, pagaderos al contado.

Una viejita se sienta, de inmediato el señor alquilador como una flecha le estira la mano derecha para que cancele la cuenta, la viejita saca tres billetitos de cincuenta

El señor le dice, _no, son doscientos.

_¿Cómo, ya subiste el valor?

_Sí, la vaina esta muy jodida y en el deposito por cuidármelas también me las subieron.

_Y, no te puedo pagar mas tardecita...dice la viejita.

_No, mejor cancela ahorita...dice el señor.

Un viejito entrometido, arrechón y sin paciencia, alzó la voz:_Nojoda chico, deja a esa señora quieta, muerto de hambre, sin vergüenza.

La viejita rebuscó en una cartera popular inmensa, y completó los doscientos. El señor alquilador de las banquetas, me picó un ojo en señal de quien porfía se come rellena su arepa.

Llega una pareja de viejitos, larguiruchos, los dos, como varillas de cohetes ya disparados, _Buenos días...

_Buenos días. se escuchó un coro de saludos como respuesta. El alquilador, diviso a la parejita, estiró la mano derecha, para que se bajaran de la mula, advirtiendo que eran cuatrocientos bolívares los dos

_¿Cómo, ya subiste el precio? dijo el viejito

_Bueno, como hago yo, donde me las cuidan también subieron la cuenta...respondió el alquilador.

El viejito arrechón, entrometido y sin paciencia, nuevamente alzó la voz. _Nojoooooda, vas a seguir con tu robadera, te aprovechas que este piazo de gobierno se la pasa subiendo toda vaina...

El viejito larguirucho, metió la mano en un bolsillo, canceló y se quedó refunfuñando. _Cuando será que caiga este gobierno del carajo...

El alquilador, sonreído, tomo los billetitos y dijo:_Bueno, estoy colaborando con ustedes para que se sientan cómodos y me pagan con arrecheras.

El viejito entrometido, arrechón y sin paciencia, le echó un arrevirón de ojos, que si fuera un rayo no queda del aquilador, las cenizas chamuscadas de su osamenta.

La madrugada transcurría en romería geriatrica, unos mas mallugados que otros. Viejitos de todos los colores, achaparrados y estirados, encorvados con bastón, otros tomados de la mano, pasito a pasito como muchachitos en indefensión, otros mas juveniles como muchachos jorgachones con moto, avispados y de movimientos atléticos, maromeros y briosos.

Soplaba la brisa fría en aquella romería; la cola que ya doblaba otra esquina, parecía una larga culebra que enseña sus costillas. Todos sentados después de haber armado la guerrilla.

A las siete de la mañana comienzan a atender en la taquilla, todos a moverse y a poner el culo en batería

._Hoy vamos a salir temprano, gracias a Dios...Dijo una viejita que leía la Santa Biblia

Aquel gracias a Dios de la viejita, parece que fue pavoso, porque después de esa corrida los cajeros (dos disponibles), se pusieron lentos, morrocoyeros y achacosos.

Una mujer negra, gruesa ella, cariñosa, disciplinada, uniformada de vigilante, con su voz de parlante, salía de vez en cuando a la puerta del banco. _Que pasen cinco.

Inmediatamente como impulsados por un resorte se paraban todos los viejitos, pasaban los cincos y nuevamente a sentarnos. Con los huesos del culo bien lastimados.

Siendo las diez de la mañana ya habían pasado quince viejitos ordenados, otros viejitos coleados, con bastones, sillas de rueda y otros casi desmayados.

_Qué pasen otros cinco, se escucho a la negra con su voz de parlante.

El sol arrechisimo de Charallave, a las once de la mañana, estaba buenísimo para asar unas sardinas y comer con casabe

La viejita que leía la Santa Biblia dijo:_ Ese presidente Trump, parece que esta bien loco. Amezando a medio mundo con destruirlo...

Respondió el otro, _Si Chica esta dispuesto a destruir a Pionyan..

_Bueno y quien manda a Pionyan a meterse con los gringos, el es mas loco y peligroso que Trump...ripostó la viejita lectora de la Santa Biblia.

El viejito dijo:_Bueno, entonces se va a acabar el mundo, porque también quiere raspar a Maduro...

La viejita, electrificada por tamaño desatino bíblico, respondió a voz alzada apegada a la Santa Biblia:_Quién te dijo, ni Pionyan, ni Trump, ni Maduro, van a acabar con el mundo. Dios es mas grande que ellos, y dice que será el ALMAGEDON.

Siendo ya las doce del medio día, se escuchó la voz de parlante de la negra que dijo:_Pasen otros cinco viejitos... Y así fue como pude pasar gracias a Dios y a la Santa Biblia

Una vez adentro, había una pequeña colita lenta, de apenas veinte viejitos parados, todos sin aliento y desmayados. La Santa Biblia guardada, el viejito arrechón apagado. Los viejitos larguiruchos, achicharrados y encorvados

Los dos cajeros se miraron, uno dijo al otro:_Anda tu primero mi pana, que yo me desayuné tarde

Este cajero, morrocoyero y achantado, bostezaba, contaba, despachaba; llegaba un motorizado, le entregaba unos papelitos, lo atendía rapidito y nuevamente se achantaba. La colita dentro del banco mermaba, me tocó a mí, el cajero puso un letrero que decía cerrado. Llegó el otro morrocoyero que estaba almorzando, se regodeo, me pagó... miré el reloj y marcaba las dos de la tarde.

Al salir a la calle, la negra con voz de parlante vociferaba a la larga cola de afuera:-Qué pasen otros cinco viejitos, rapidito por favor.

Qué jornada tan maratónica y buena para las relaciones sociales, lo único malo es que hasta que uno no cobre los reales, sufre, por los tantisimos vendedores ambulantes con todo tipo de manjares: empanadas, buñuelos, arepitas de yuca con quesito rayado, guarapo de papelón con limón, pan de horno y hasta «bienmesabe»

La moraleja es, «Para donde irás viejito, que no lleves tu bojotito con una estilla de casabe»

¡¡¡Viva la ReVolución Bolivariana!!!

¡¡¡Larga vida a nuestro Presidente Nicolas Maduro!!!

 

costoarriba17@hotmail.com



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