El cerro El Bosque, un trozo de vida natural
amenazado por la riqueza aurífera que esconde en sus entrañas, desde la semana
pasada tiene una importancia de talla internacional. Esa reserva ubicada en el
centro de Cauca muy cerca al Macizo Colombiano, es el cordón umbilical que hoy
tiene a los indígenas de la región conectados con uno de los intelectuales y
activistas de la izquierda democrática más prestigiosos del planeta: Noam
Abraham Chomsky. Quienes lo conocen aseguran que es el ser humano vivo cuyas
obras, libros escritos o reflexiones, son las más leídas después de la Biblia.
Sin duda el señor Chomsky, con 81 años de edad, es toda una autoridad en
geopolítica y Derechos Humanos. Su condición de ciudadano norteamericano le da
autoridad moral para ser considerado uno de los más recalcitrantes críticos de
la política expansionista y militar que Estados Unidos aplica en el hemisferio.
En su país y Europa es escuchado y leído con mucho respeto, se ha ganado todos
los premios y reconocimientos como activista político y sus obras tanto en
lingüística como análisis político han sido premiadas.
Su paso discreto
por Colombia no era para ofrecer las laureadas charlas, sino para recibir un
particular homenaje de la comunidad indígena que vive en el Cauca. El cerro El
Bosque fue rebautizado como Carolina, que es el mismo nombre de su esposa, la
mujer que durante casi toda su vida lo acompañó. Ella murió en diciembre de
2008. En medio de su agenda, coordinada por la CUT y la Defensoría del Pueblo
del Valle, el señor Chomsky sacó unos minutos para atender en exclusiva a
Semana.com y hablar de todo.
Semana.com: ¿Qué significado tiene
para usted ese homenaje?
Noam Abraham Chomsky: Estoy muy
conmovido; especialmente de ver que gente pobre que no tiene riquezas se presten
a hacer ese tipo de elogios, mientras que la gente más rica no le presta
atención a este tipo de cosas.
Semana.com: ¿Sus tres hijos saben
del homenaje?
N.A.C: Todos saben de esto y el bosque. Una hija
que trabaja en Colombia contra las empresas internacionales de minería también
está enterada.
Semana.com: En esta etapa de su vida qué le
apasiona más: ¿la lingüística o su activismo político?
N.A.C: He
estado completamente esquizofrénico desde que era joven y sigo así. Es por eso
que tenemos dos hemisferios en la mente.
Semana.com: Por cuenta
de ese activismo ha tenido problemas con algunos gobiernos, uno de ellos y el
más reciente fue con Israel, que le impidió ingresar a tierra palestina a dar
una conferencia.
N.A.C: Es cierto, no pude hacerlo pese a que
fui invitado por una universidad palestina, pero me encontré con un bloqueo en
toda la frontera. Si la charla fuera para Israel, me hubieran dejado pasar.
Semana.com: ¿Esa censura tiene que ver con uno de sus libros
titulado Guerra o Paz en Medio Oriente?
N.A.C: Es por cuenta de
mis 60 años de trabajo por la paz entre Israel y Palestina. Realmente yo he
vivido en Israel.
Semana.com: ¿Cómo califica lo que pasa en
Oriente Medio?
N.A.C: Desde 1967 fue ocupado el territorio
palestino y eso hizo de Gaza la prisión al aire libre más grande del mundo donde
lo único que les queda por hacer es morir.
Semana.com: ¿Llegó a
ilusionarse con las nuevas posturas del presidente Barack Obama?
N.A.C: Es muy similar a George Bush, ya lo había escrito. Hizo
más de lo que esperábamos en cuanto al expansionismo militar. Lo único que
cambió con Obama fue la retórica.
Semana.com: Cuando Obama fue
galardonado con el premio Nobel de Paz, ¿qué pensó?
N.A.C:
Media hora después del nombramiento, la prensa noruega me preguntó qué pensaba
del tema y respondí: 'Tomando en cuenta su récord, este no fue el peor
nombramiento'. El Nobel de Paz es un chiste.
Semana.com:
¿Estados Unidos sigue repitiendo sus errores de intervencionismo?
N.A.C: Ha sido muy exitoso. Por ejemplo, Colombia tiene el peor récord
de violación de Derechos Humanos desde el intervencionismo militar de Estados
Unidos.
Semana.com: ¿Tiene alguna opinión sobre el concepto de
guerra preventiva que pregonó Estados Unidos?
N.A.C: No existe
ese concepto, es simplemente una forma de agresión. La guerra en Irak fue tan
agresiva y terrible que se asemeja a lo que hicieron los Nazis. Si aplicáramos
esa misma regla Bush, Blair y Aznar estarían colgados, pero la fuerza se aplica
a los más débiles.
Semana.com: ¿Qué pasará con Irán?
N.A.C: Hoy existe una gran fuerza naval y aérea amenazando a Irán y sólo
Europa y EE.UU. piensan que eso está bien. El resto del mundo cree que Irán
tiene derecho a enriquecer uranio. En medio oriente tres países (Israel,
Pakistán, India) desarrollaron armas nucleares con la asistencia de EE.UU. y no
han firmado ningún tratado.
Semana.com: ¿Cree en la guerra
contra el terrorismo?
N.A.C: Estados Unidos es el mayor
terrorista del mundo. No se puede pensar en algún país que haya causado más daño
que él. Para EE.UU. terrorismo es lo que usted nos hace a nosotros y no lo que
nosotros le hacemos a usted.
Semana.com: ¿Hay alguna guerra
justa de Estados Unidos?
N.A.C: La participación en la segunda
guerra mundial fue legítima y además entraron demasiado tarde.
Semana.com: ¿Esa guerra por recursos naturales en Medio Oriente
se puede repetir en Latinoamérica?
N.A.C: Es diferente. Lo que
Estados Unidos ha hecho en América Latina tradicionalmente es imponer brutales
dictaduras militares que no se discuten por el poder de la propaganda.
Semana.com: ¿Latinoamérica es realmente importante para Estados
Unidos?
N.A.C: Nixon dijo: "Si no podemos controlar a América
Latina cómo podremos controlar al mundo".
Semana.com: ¿Colombia
juega algún papel en esa geopolítica gringa?
N.A.C: Parte de
Colombia fue robada por Teodoro Roosevelt con el canal de Panamá. Desde 1990
este país ha sido el mayor recipiente de ayuda militar estadounidense y desde
esa misma fecha tiene los mayores récord en violación de Derechos Humanos en el
hemisferio. Antes el récord lo tenia El Salvador quien curiosamente también
recibía ayuda militar.
Semana.com: ¿Sugiere que esas violaciones
tienen alguna relación con los Estados Unidos?
N.A.C: En el
mundo académico se ha concluido que existe una correlación entre la ayuda
militar que dan los EE.UU. y la violencia en los países que la reciben.
Semana.com: ¿ Qué opina de las bases militares gringas que hay
en Colombia?
N.A.C: No es una sorpresa. Después de El Salvador,
es el único país de la región dispuesto en dejar que se instalen. Mientras
Colombia siga haciendo lo que EE.UU. le pide que haga, éstos nunca van a tumbar
al Gobierno.
Semana.com: ¿Está diciendo que EE.UU. derroca
gobiernos en América Latina?
N.A.C: En esta década apoyó dos
golpes. En el fallido golpe militar de Venezuela en 2002 y en 2004 secuestraron
en Haití al presidente electo y lo mandaron para África. Pero ahora es más
difícil hacerlo porque el mundo cambió. Colombia es el único país
latinoamericano que apoyó el golpe en Honduras.
Semana.com:
¿Tiene algo para decir de las tensiones actuales entre Colombia, Venezuela y
Ecuador?
N.A.C: Colombia invadió a Ecuador y no conozco a
ningún país que apoye eso, salvo Estados Unidos. Y respecto a Venezuela las
relaciones son muy complicadas, pero abogo porque mejoren.
Semana.com: ¿Latinoamérica sigue siendo una región de
caudillos?
N.A.C: Ha sido una tradición muy mala, pero en ese
sentido América Latina ha progresado y por primera vez el cono sur del
continente se está movilizando hacia una integración para superar sus paradojas,
como por ejemplo ser una región muy rica pero con una gran pobreza.
Semana.com: ¿El narcotráfico es un problema exclusivo de
Colombia?
N.A.C: Es un problema de los Estados Unidos.
Imagínese que Colombia decida fumigar Carolina del Norte o Kentucky donde se
cultiva tabaco, el cual ocasiona más muertes que la cocaína.