Economía, No La Política, Motor Para La Unión

La unión latinoamericana y caribeña se fortalece, a partir de soluciones para los problemas económicos y financieros de nuestros países, que surgen del apoyo y mutua solidaridad entre ellos. Esas soluciones se han multiplicado, con la capacidad para fomentarlas que conquistó la Revolución Bolivariana el 13 de abril y luego en diciembre de aquel año 2002.

Liberada Venezuela de las garras del imperio, su independencia para hacer uso de sus inmensos recursos energéticos y de los financieros provenientes de los altos precios del petróleo, en apoyo a naciones hermanas de la América Latina y Caribeña, ha influido más en la unión de nuestras naciones, que todo intento previo para lograr la unión. Su solidaridad económica es más efectiva, para fomentar la unión, que la primera gesta por nuestra independencia del Siglo XIX, que apenas concluida, la unión que la hizo posible se disolvió y todo razonamiento, lógica política del Libertador y de los mas esclarecidos pensadores del momento fueron desestimados, por manipulaciones del entonces naciente imperio estadounidense, y las ambiciones personales de unos pocos, quienes se apoderaron y desintegraron, como era y sigue siendo el propósito imperial, a la gran nación que surgió de aquella gesta.

Una suerte igual nos amenaza en el presente, sino rectificamos e interpretamos que, la fortaleza de la unión no está en el fomento e internacionalización de un modelo socialista, sino en la unificación justa, respetuosa de las asimetrías y beneficiosas para todos, de las economías de nuestras naciones. Esa ha sido, en la práctica, la orientación ejecutiva de la Revolución Bolivariana. Ese compartir de sus riquezas, y el apoyo tecnológico y en los suministros de alimentos y otros bienes, que ha recibido Venezuela, ha causado un efecto positivo y extraordinario para el proceso de unificación de nuestras naciones, que estaba adormecido. Y su despertar ha sido posible, a pesar de las diferencias políticas de la Revolución Bolivariana con algunos mandatario de naciones hermanas, y de los intentos imperiales para abrir brechas entre ellos. Y ciertamente que, el imperio logró abrir una brecha, pero sólo con uno de nuestros mandatarios, caracterizado por su desnaturalización y malas entrañas, como el continente identifica al colombiano Álvaro Uribe Vélez. Y es necesario insistir hasta cerrarla.

Venezolanos, cubanos y nicaragüenses tenemos derecho a elegir la opción por el socialismo, a experimentar, en nuestras respectivas naciones, un método científico de organizar a nuestras sociedades que, por definición, está elevado a la altura moral que significa que su prioridad sea el ser humano, no el dinero. El dinero que sí es, por cierto, la única prioridad y razón del capitalismo; sin embargo, el socialismo ha sido vilmente desacreditado por medios de comunicación y estrategias del capitalismo y, a pesar del estrepitoso derrumbamiento de éste, aún pesan más los efectos mediáticos para desacreditar al socialismo y preservar al capitalismo, que la realidad.

Es pues inoportuno y perturbador, para la unificación de América Latina y El Caribe, la insistencia desde la Revolución Bolivariana, en la internacionalización del socialismo. En nombre de Dios, Patria, Socialismo o Muerte… VENCEREMOS

eveliseyrafael@hotmail.com


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Rafael Flores

Capitán de altura y productor agrícola

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