...ustedes cuando aman
calculan interés
y cuando se desaman
calculan otra vez...

Mario Benedetti


Ud. me llama iluso por cuanto yo no contabilizo mi vida en signos monetarios, Ud., nunca podrá entender que el ruido de los ejes oxidados de Atahualpa es mejor que la vacuidad de su indómita terquedad de tener sin ser. A Ud., la lección de la familia feliz que compra un Ford y tiene navidades blanca, espera a Santa y compran bisuterías en el centro comercial, le quedo en los tuétanos y por ello, Ud., nunca podrá entender como es posible que los obviados por Ud., rían, canten y sueñen, frente a su cara de tristeza eterna que le ha hecho dueño de nada en el vació de su vida.

Quien nunca se asoma a al balcón de los sueños, ni imagina a un unicornio trotando en el arco iris de la esperanza. Quien siempre confía en la miseria de lo tangible en menoscabo del infinito amanecer, jamás podrá entender que el llanto de un niño, los pies descalzos de la pobreza y la mirada del hambre que Ud., y sus iguale dejaron a su paso, son los verdugos que con justicia divina impone el mandato de paz e igualdad, para condenar la arrogancia fascista que al despreciar a los excluidos se desprecia a sí misma y a los quinientos años de historia de dominación que preceden nuestra identidad.

Yo, no quiero ser como Ud., y sus secuaces cargado de bondad que luego de partirle el alma a los pueblos pobres, le regalan prótesis y sillas de ruedas. No me gusta su verdad, porque niega a los que como mis ancestros lucharon y dejaron como legado la revolución para soñar. Ustedes, globalizados por las ideas de un mundo para los más aptos, y nosotros los que no distinguimos mas diferencias entre los humanos que el sentir el peso de sus campañas contra la vindicación de un mundo mejor. Sin embargo, sabemos de sus desgracias y alertamos con Benedetti nuestras diferencias: “ Ustedes cuando aman...exigen bienestar...una cama de cedro...y un colchón especial...nosotros cuando amamos...es fácil de arreglar...con sábanas qué bueno...sin sábanas da igual”.

Como puede ver, nuestra lucha no es para vender automóviles, teléfonos o petróleo a bajo precio, sino para consolidar la conciencia colectiva de quienes por siglos hemos luchado por igualdad y justicia. Nuestra ambición, es la luz del día, la paz de los pueblos y la alegría para todos por igual. Nuestra felicidad, no se deposita en cuentas bancarias ni navega sobre la espuma de alguna bebida exótica y cara, mas aun, nace de la sencillez de una flor silvestre que frente la precariedad del ambiente donde vive, deslumbra con su belleza pura y simple. Señor globalizado, la revolución construye sobre la miseria heredada por Uds., y sus menosprecios.

Señor globalizado, a Ud., le mataron la esperanza y lo convencieron de que el fin de la historia llegó, que ya no hay nada por que luchar, que su Dios y el mercado se encargaran de regular las diferencias y dirimir los conflictos entre esos pobres hambrientos y la prosperidad hecha hamburguesa que a Ud., le alimenta el ego de su pobre superioridad.

Estimado señor, afortunadamente, a los pueblos del tercer mundo nos no pueden agrupar bajo el manto del consumo eterno, sí, somos pobre y esa es nuestra grandeza, porque el que no atesora bienes materiales conquista universos colectivos y se erige como libre,

Es por ello que Ud., nunca entenderá lo que es una revolución, y como es normal pensar, hasta se asustará cuando vea que el imperio no cree en Ud.,, porque lo que sucede en Irak es fiel reflejo de lo que le puede suceder a todos los que como Ud., han renunciado a su historia.