Nada debe crear asombro ni ser sorpresa; manifiestan los creyentes que en la viña del "señor" de todo hay, es la disculpa religiosa en complot con el opresor de modo que así funcione el estatus quo. Civilización incivilizada y aceituna sin pepa, rellena de pimentón, excelente uso culinario para buena sazón del guiso.
Una exquisita caterva no dimite de su accionar, asemeja de la maña que el no aceituno enseña en la bi-relación competitiva de dos aspirantes a boliburgues. Hay manifiestos e inocultos tanteos, dejan fe "cristiana" y de otras también, no existe la exclusión; ¡"oh por Dios"!, sería atroz imaginarle de esa manera, en fin lo que más prevalece es encumbrarse hacia la clase, aunque de menor categoría, pero siempre escalando posesiones a punta de demostrar fiereza propositiva; valga decir, no tener ningún tipo de escrúpulos para alcanzar ese ansiado puesto clasista-in de una sociedad de insospechable ambigüedades.
Es de propiedad en sociedades que se dispersan del conocimiento sociológico, es como un gusanito de mosca o zancudo, que una vez que deposita sus larvas, éstas inundan el cuerpo de la irremediable infección, el cuerpo se hace inmune a la reacción de la lógica que hasta su cerebro o razón actúa como un insecto.
Y si bien la sociedad es propensa a los inoculados virus del mal de la aceituna, su legendario histórico no es de buen acertijo; y en hora buena que se quiera descomponer su siembra y re cosechar nueva semilla no tóxica ni transgénica y del excelente natural, pero los semilleros todavía padecen de contaminación, en abonados terrenos hay mezclas de agroquímicos que matan la raíz de árbol que echará frutos ocales para que sirvan en lo contiguo de buena reproducción que certifique la optimización de la nueva semilla; eso sí, de momento hay que separar y clasificar, lo que es aceituna, de lo que ni se le asemeja, hasta tanto lo de la boli burguesía no sea más una plaga sin control que arruine la cosecha.-
