Hablando claro

Se busca un culpable

Como no soy un sesudo analista ni un sabiondo de la política sino un rolistranco de bruto tengo que recurrir a refranes populares para salirle al paso a quienes de una manera muy deportiva no asumen la responsabilidad de las dos estrepitosas derrotas ocurridas en Anzoátegui, tanto en las elecciones parlamentarias como en la de gobernadores.

Como la indefensión es parte de los que no ostentan ningún tipo de poder, solo queda decir que "cuando hay tapas las cargas no se mojan", "al perro más flaco le caen las pulgas", o que "el pendejo siempre es pendejo". Se busca afanosamente a quien echarle el ganso por el descalabro político del chavismo. Falta una ñinguita para culpar a las bases de la derrota.

Desde el más chiquito hasta el más grande sabe desde dónde arranca la culpa y quiénes son los culpables. Quien así no lo entienda es porque definitivamente no es chavista, porque el chavista es aquel que patea la calle, el barrio, el charco con los más necesitados y no el que hace vida de facilongo en cuatro paredes cómodamente establecido con aire acondicionado, o en un vehículo con vidrios ahumados donde la suela del zapato no se ensucie.

Antes de buscar culpables que se comience a preguntar por qué se perdieron las elecciones parlamentarias y la respuesta la tienen hasta los carajitos. Primero porque las elecciones internas fueron una pantomima para engañar a los propios chavistas y segundo porque quien ganó perdió y quien perdió ganó como dicen por ahí.

Responderán que el chavismo no estaba dispuesto a aceptar un paracaidismo descarado, donde los candidatos de los circuitos más importantes fueron imposiciones odiosas de personajes que no sabían ni siquiera dónde quedaba los Tronconales. Que las elecciones internas fue un irrespeto a la soberanía chavista que castigó severamente con el voto a quienes fueron impuestos subestimando el liderazgo local.

Si de culpables se trata búsquese por la cúpula de arriba que es quien toma las decisiones y los de abajo que de manera sumisa la aceptan sin decir ni pío para luego decir "perdimos pero la dirección está intacta para seguir la lucha" sin ninguna pena, con la cara muy limpia y sin ningún respeto a las bases que todavía demuestran lealtad al comandante Chávez, pero eso no es suficiente cuando el candidato no tiene aceptación ni en los propios chavistas.

"La culpa no es del ciego sino de quien le da el garrote". El paracaidismo y la imposición de candidatos grises han hecho que en Anzoátegui el chavismo poco a poco se vaya rindiendo por culpa de unos pocos que pareciera que nada les importa; de quienes echan a la basura al verdadero liderazgo sólo por un capricho político y personal.

Subestiman la capacidad gerencial de chavistas probos, pulcros, incorruptibles, con sobrada ética y moral, alta gerencia, arrastre popular, humildes, sencillos. El chavismo se pregunta ¿quién gobernó a Anzoátegui estos últimos cuatro años y pico? Personeros que nadie conoce, incapaces que no les duele el Estado. Paracaídas que nadie vio en una concentración chavista. Eso no lo perdonan las bases del chavismo blando.

Si la cúpula chavista sigue irrespetando el liderazgo local de base en la toma de decisiones como la última para la elección de gobernadores, entonces ya se sabe quiénes serán los culpables de poner en bandeja de plata las grandes Alcaldías de Anzoátegui que acaban de ser derrotadas estrepitosamente y sin que nadie asuma la responsabilidad y diga "esta boca es mía". Que los que tienen la culpa no busquen culpable porque la torta puede ser más grande.



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Pedro Alfonzo Rojas

Antiaco, columnista, premio regional de periodismo de opinión 2016, telegrafista, tipista, montador, diagramador, coordinador, gerente de producción, editor de noticias TV; y sobreviviente de las violaciones de derechos humanos y laborales en gobierno de AD.

 pedrorojas56@hotmail.eso

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