La adiosisación remonta al inexplicable humano, al secreto nunca revelado, al explotado misterio religioso, a la insatisfacción, al ventajismo determinado por la condición social, por la física-mental, hasta por el color de la piel y hasta por la fisonomía entre lo "bello" y lo "feo", que tipifica al "bruto" y al "inteligente", que mitifica la capacidad de pensar del "bien o mal" tan solo por la apariencia.
De esos elementos se ha compuesto la sociedad desde principios de historias de mundo "civilizado"; que se sepa, en 20 siglos y el transcurrir del 21, y la evolución al respecto sigue estancada, enigmática, dioses de carne y hueso ocultan manuscritos que puedan ayudar a aclarar un tanto la pre-duda de la existencia, han las religiones monopolizado la información, se han repartido el rebaño de borregos cargados de nigromancia para desde el reino de "Dios" y su palabra tener "reino terrenal", para que imaginarios seres "superiores" le faciliten el control.
Cada religión se adecúa; crean toda una gama de hechos que acentúen la temeridad a "Dios" llamase como se llame él: templos, libros, imágenes de barro o metal, estampitas, en sí todo lo que argumente idolatría y un miedo irrefutable.
Los poderes jamás, nunca se construyen de la desmenuzación; derivan de la componenda, el poder invisible tiene dolos pactos con el todo poder terrenal: "Dioses" en el cielo y "Dioses" acá abajo, los etéreos son intocables, los de acá son reciclables, el uno es inmortal y el otro no.
La figura del "Rey y la Reina, del Emperador, del Tirano no desaparecen dentro de la sociedad, en pleno siglo 21 "Estados" muy modernos y desarrollados se rigen aún por estas figuras, eso permite arrastrar a la masa al despeñadero asocial, mantenerle dentro de una "Educación" a la medida de la necesidad de dominio, garantiza la "estabilidad" de la "Potestad de Dios" y la de sus fieles ciegos siervos: Poder autodestructivo, Poder de la continuidad generacional.-
