La revolución en su laberinto histórico

Se vuelve un lugar común la repetición de aquellos hechos funestos en la historia que cuando un pueblo no los asimila, cuestiona y le da razón y sentido tendrá la tendencia a repetir esos errores. Así, la historia de Latinoamérica está marcada de traiciones, perdida del líder y cambios intempestivos de rumbo, circundados de un anillo de políticos oportunistas muy cercano al líder que de la mano con la oligarquía económica asumen y le dan direccionalidad a los procesos políticos impulsados por el pueblo que es siempre quien pone los muertos.

Veamos un par de ejemplos: Bolívar en 1830, muere en Santa Marta, sólo, abandonado y traicionado por los propios que lucharon con él. Allí estaba Santander, Soublette y el propio Páez, convertido posteriormente en caudillo y terrateniente de Venezuela. Diluida la Gran Colombia cada uno se repartió su tajada y a los soldado de la independencia, a Dios gracias. Rodeado de aquellos hombres que una vez cargaron con las glorias de Junin, Ayacucho, Pichincha y Carabobo, estaban los que pretendían monopolizar el comercio, comprar los insumos que no producían nuestras sociedades en su mayoría agrícolas y revendérselas a sus propios conciudadanos.

Allí tenemos a los Godos, logreros y prestamistas, gente que se apropió del comercio después de 1830. Y como es de esperarse el pueblo produce sus alzaos y también sus demagogos. Por un lado, figuras oportunistas como un Antonio Leocadio Guzmán quien proponía unas escuetas consignas liberales al principio pero que empujado por el clamor de las masas campesinas que estaban hartas de la explotación no tuvo otro remedio que atribuirse una bandera de todas aquellas causas, mas sin embargo por dentro escondía su viles intenciones de sustituir la casta del caudillo Páez para imponer la de estos comerciantes quienes habían sido desplazados del poder por la otra oligarquía.

Mas adelante, 1846 aparecería en escena un bigotudo y maneto que portaba una bandera amarilla y que recogería unas auténticas consignas surgidas del sentir del pueblo. Aquel hombre, acomodado como lo fue también Bolívar, tiene la grandeza de haber dejado sus comodidades y luchar por las causas de los más humildes. Sus glorias quedaron en los campos de Santa Inés pero la traición para sacar a aquel Zamora molestoso para la oligarquía no se hizo esperar, ya que no podían permitir que el hombre llegara a Caracas y tomara el poder y así al mejor estilo cobarde fue asesinado aquel 10 de enero del 1860. Vendría lo repetido de nuestros procesos históricos, traición, pactos y callar las voces del pueblo que exige sus reivindicaciones. Todo quedo sellado con el funesto pacto de coche, donde la sangre del pueblo que lucha fue vendida al mejor interés de la oligarquía.

Continuaría la historia con sus lecciones. La Venezuela de 1958: luchas populares, pueblo despierto y consiente en la calle. Protestas populares contra la oprobiosa dictadura de Marcos Pérez Jiménez y los movimientos de base; la Junta Patriótica y sus líderes, Fabricio Ojeda con sus banderas de justicia social, soberanía e independencia contra el imperio. Lo resume la carta que escribió en momentos en que no quiso ser más cómplice de aquella farsa en que se tornó el Pacto de Punto Fijo y renunció dignamente su cargo de diputado del congreso. Allí él nos señala que ningún cambio podría lograse sin "la conquista del Poder Político por parte del pueblo. De otra manera, tanto los instrumentos de poder como los medios de riqueza, continuaran en manos de los monopolios internacionales y de las castas oligárquicas del país, con la consiguiente explotación de los trabajadores, la proliferación del hambre y la miseriay el abandono permanente del pueblo" (Ojeda, 30-06-1960)

Esta traición, acompañada del asesinato del líder (Fabricio Ojeda fue encontrado "ahorcado" en un calabozo del SIFA, año, 1965) condujo a los conocidos 40 años de la cuarta república, cargada de hambre, miseria, desigualdad social entre muchas otras cosas.

Pero como en tiempos de Zamora y Ojeda el pueblo pariría su líder que como un huracán en las sabanas vendría de Barinas a tocar el corazón del pueblo harto de tantas afrentas. Líder genuino, nacido en los cuarteles de la patria, nutridos de las raíces históricas bolivarianas y defensor de las causas de Zamora. Hugo Chávez retomaría el proyecto de Angostura delimitando los campos del combate y definiendo con claridad al enemigo: la oligarquía económica y el imperialismo y además con una propuesta clara: el socialismo. Pasaría lo que ha sido historia y venimos relatando: un anillo de supuestos políticos revolucionarios se atrincheran del poder y le susurran al líder al oído para cambiar el rumbo al proceso, del camino revolucionario, de mayor lucha, bienestar para las clase explotadas y que toca a los interés de los poderosos al camino reformista, de menor resistencia y que favorece los intereses del gran capital. Como le es propio a un auténtico revolucionario, Chávez no se dejó seducir y continuo con su propuesta; estado comunal, justicia social, expropiación de tierras improductivas, misiones sociales para la reivindicación de los derechos del pueblo y los más avanzado de su proyecto político: el plan de la patria.

Sudan las frentes de los que detentan el poder económico al pensar cómo sacarlo del camino a este líder incómodo. No pudieron con votos, ni con un referendo revocatorio y mucho menos con golpes de estado. Habría que pensar en una estrategia. La oligarquía es astuta, y por allí uno de sus máximos comandantes para el momento da unas declaraciones que pasaron desapercibidas "Ya Chávez no es un problema para los interés de Los Estado Unidos" Así la Clinton y Obama asoman la estrategia. A pocos días y de manera repentina aparece un fatídico Cáncer que ya se sabrá en unos 20 años cuando se desclasifiquen los documentos del Pentágono y la CIA de cómo con el uso de una tecnología inimaginada por nosotros, fue inoculando de agentes externos al cuerpo del Comandante.

Se logra de nuevo la estrategia de la Oligarquía, sacar del juego al líder y comienzan de nuevo los pactos y las traiciones. Surge un líder "mandatario" de Chávez" y no del pueblo a continuar su legado. En su alrededor ocurre lo conoció en la historia: un anillo de politiqueros demagogos y oportunistas, carentes de una genuina comprensión revolucionaria de los hechos políticos, que apelan a una actitud genuflexa, adulante, servil y pusilánime. Claro esta que los llamadas por algunos boliburguesia están cuadrados con los intereses de los que detentan el poder económico (como en tiempos de Páez y Zamora) y están haciendo sus mejores esfuerzos para aprovecharse de las prebendas que da el poder, utilizando la imagen del Comandante como simple referente publicitario para tapar sus trapacidades.

Allí llegamos a un líder "mandatario de Chávez" encerrado en su laberinto. Por un lado sabiendo que no cuenta con un respaldo popular trata de mantenerse en el poder para no traicionar el legado del Comandante pero por el otro toma el camino de menor resistencia y pacta con la burguesía y aunque lo niegue sus acciones claramente lo demuestra: liberalización de precios, (economía de libre mercado), contaminación de la cuenca de los ríos con cianuro, sedimentación y brutal tala en el arco Minero del Orinoco, incapacidad de priorizar los problemas del país (alimentación, salud inseguridad) y por el contrario gastos superfluos en eventos musicales, carnetización inútil a fin de alimentar falsas esperanzas y ganar tiempo, gastos ostentosos en funcionarios del estado, gasto militar y eventos frecuentes con empresarios "productivos" que según él son los que van a reactivar la economía que usualmente llama productiva pero no sabemos de qué? (todos sabemos que son empresarios parásitos de la renta petrolera, no tienen patria solo les interesa la divisa y los contratos con Estado)

Sumado a todo esto tenemos una actitud gubernamental pasiva con frases entreguistas de que queremos La Paz y el país se nos cae a pedazos, la acentuación de la corrupción, burocracia, bachaquerismos, contrabando en las fronteras e improvisaciones en la política monetaria, fractura en el discurso político, perdida del rumbo y la esperanza y por si fuera poco una cómplice e inoperante oposición que quien sabe que provecho le estará sacando a la crisis.

¿Dónde estarán los hijos revolucionarios y valientes de Chávez? ¿Dónde guardarían el Plan de la Patria? ¿A dónde se fue la pasión revolucionaria necesaria para enrumbarnos de nuevo?

Necesario aclarar que rechazamos que un grupo de ciudadanos se crean los autorizados para hablar del legado de Chávez, en una suerte de institucionalización del pensamiento de Chávez, quien se crea así la primera tarea que tiene es poner sobre la mesa de discusión los cientos de programas de radio "Alo Presidente" el libro azul, los Alo Teóricos, La Líneas de Chávez y el Plan de la Patria y contrastarlos con las decisiones políticas y económica que se han venido tomando en un ejercicio de sano y respetuoso de debate donde prive la sensatez. Desde aquí nos ponemos a la orden sin charreteras, jerarquías o puestos de poder y mucho menos con chantajes de no ser auténticos revolucionario por asumir la autocrítica con honradez, para que ahora el pueblo amenazado con ser asalariado de la inmunda CIA y aparecer en una lista de traidores por el simple hecho deseguir creyendo y defendiendo el legado de Chávez no tuviera que volver a decir: ¡Horror a la oligarquía!

saldeno@gmail.com



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