Hablándole a la pared

Recuerdo a Roland Barthes condenando el lenguaje "asertivo" con el cual se impone la ciencia positiva. Para él todo conocimiento era una hipótesis a ser comprobada, era provisional, por lo tanto al lenguaje asertivo había que "suavizarlo" con el verbo condicional. Por ejemplo, antes de decir "la mentira es la base donde se funda el capitalismo" habría que decir "la mentira podría ser la base donde se funda el capitalismo" o "¿será la mentira la base donde se funda el capitalismo?". Todo como una interrogante. Como un llamado a la investigación, a una perenne investigación, ensayo tras ensayo.

Pero yo pienso que si somos asertivos, nos podemos detener en algún momento, actuar conforme a nuestras creencias y convicciones, constatar nuestra teoría, corregirla o no, y seguir adelante.

Ser asertivo es confianza en nuestro conocimiento. No se puede nada sin teoría. Así como no se puede estar cambiando de teoría una y otra vez. No se puede medir el valor del conocimiento por las novedades o caprichos intelectuales, muchos dictados por el mercado.

Superar a Marx es agotarlo por completo, comprobando la validez de sus conceptos, el valor de su teoría fundamental. Y eso no se ha hecho, se suspendió con la muerte de Chávez. Es decir, han sido unos pocos los que han puesto a prueba su método dialectico de análisis de la realidad y su método histórico de investigación y análisis. Lenin y Trotsky serían dos de ellos, luego Rosa Luxemburgo, Gramsci, y recientemente el Che Guevara y Fidel Castro. Verdaderos marxistas enfrentados al mundo. A los prejuicios intelectuales, a la pedantería académica occidental y al sistema capitalista, con esa arma poderosa que aprendieron a utilizar.

Y otro de ellos fue Chávez, sin embargo fue un estudioso solitario, rodeado de dirigentes sin imaginación; flojos para la investigación y hasta para la lectura, siempre a la espera de que el comandante Chávez pensara por ellos. Todos los progresos intelectuales de Chávez se los debió él a su propio esfuerzo por comprender la realidad capitalista y cultural del país, de la región y del mundo, y de sus mismos compañeros de trabajo, vistos bajo a la luz de Marx y de muchos marxistas verdaderos y de sus propias prácticas políticas y de vida. Tuvo que enfrentar, discutir con intelectuales, economistas y políticos especializados, pero él, siendo presidente y líder principal de una revolución no se podía permitir prejuicios, interpretaciones, desvíos. Para él la "estrategia", el socialismo, siempre fue lo fundamental. Así condenó y combatió el reformismo, ese mismo que hoy padecemos como si fuera socialismo, calumniándolo, desprestigiándolo.

Muerto Chávez fue muy fácil despachar a Marx y al marxismo, al Che, al Fidel pensador. Muerto Chávez, se condena desde la más oscura ignorancia a León Trotsky y se reivindica, por razones extrañas al líder negro Malcom X. Pueden ser muy respetables la vida y las ideas que defendió este señor, pero colocar a Marx en una discusión política teórica frente a Malcom X es una necedad, una falta de formación política, una disposición clara para la mediocridad. Cuando buscamos rescatar a Marx y lo marxistas más connotados no lo hacemos en una competencia de conocimiento y de curiosidades, se trata de despertar a nuestros líderes de su propia ignorancia, dicho así, asertivamente, para que puedan dirigir una revolución socialista con criterios teóricos fuertes, comprobados, históricamente desarrollados; se trata de agotar a Marx, mucho más allá de la toma misma del poder; de sostener sus teorías, sus métodos hasta que se agoten alguna vez.

Pero, muerto Chávez, en menos de una semana ya había alguien diciendo que el socialismo no era viable, que había que olvidarse del socialismo y que debíamos ser pragmáticos, si queríamos superar la crisis económica y social. Dicho de otra manera, con la Muerte de Chávez, se perdió también la teoría revolucionaria, se desapareció de todas partes. Solo quedó Malcom X y un grupo vario pinto de asesores, pícaros que van desde Martha Harnecker hasta Temir Porras, hablando en nombre de Marx algunos y otro "superándolo". Me pregunto ¿Por qué no lo hicieron cuando Chávez estaba vivo? ¿Por qué no cambiaron el Plan de la Patria de Chávez cuando él estaba vivo?

Lo que tienen por estilo y teoría es ese cobarde "condicional" de Barthes, ese "podría ser", "será que si hacemos esto así…." "podría ser viable hacer el socialismo con la empresa privada" "podría ser que el capitalismo no fuera tan malo". Adecuaron todo el empeño de cambiar a la sociedad y al mundo a sus propias flojeras, ignorancias, miserias personales. Desecharon la revolución y se quedaron con el gobierno, con el aparato del gobierno, para ser más preciso.

Si Marx no hubiese creído como lo hizo en su modelo teórico, en sus principios, que fueron la razón de ser de sus investigaciones y su obra, su hubiera dudado por no ser asertivo, odioso, indelicado, nunca estaría espiritualmente, científicamente tan vivo y vigente como ahora.

En televisión, en las escuelas políticas de vaya usted a saber quién o quiénes y que se transmiten en los horarios más invisibles, se habla de Marx como una "cosa culta", abstracta, desvinculado de la política y sus prácticas. No se lo conoce a la luz de la realidad, de las decisiones políticas de nuestros líderes, de sus prácticas políticas y de vida. En televisión Marx es solo un requisito académico, como lo es en la Escuela de Filosofía. Un saludo a la bandera que está a punto de ser desmontada definitivamente de su asta.

A falta de Marx esta Malcom X, o cualquier otro personaje que hayan leído de jóvenes. Pudiera ser Lobsang Rampa o Bob Dylan, pero, preferiblemente Alí Primera, que se puede cantar en español (sin menoscabo del canta autor, que fue un verdadero socialista, al menos en las letras de sus canciones).

En fin, dirán que, "si de lo que se trata es de justificarnos con frasecitas y citas, cualquiera de ellos nos sirve frente a Marx", total, también fueron rebeldes y revolucionarios algunos, pero menos rayados por la CIA y el Opus Dei, como es el caso de los malditos Marx, Lenin, Trotsky el Che, Fidel…. Rosa Luxemburgo.

Es así Pared, es así como van las cosas. Después que desaparece Hugo Chávez como comandante-líder regional, hombre de temer, sus hijos ilegítimos se entregaron a gozar de sus vanidades, relajaron los nervios y se dejaron poseer por desenfreno de poder. Comenzaron sin mucho disimulo a tratar de llenar el abismo de sus insatisfacciones personales, materiales y espirituales. Tantos profesionales y tan pocos sabios, tantos psiquiatras y tan poca psicología, tantos sociólogos y tan poco socialismo, tantos abogados y tan poco sentido de justicia. Tantos ex guerrilleros y tan poco arrojo y dignidad. Así es Pared, hoy manda de nuevo la misma oligarquía de siempre. De Chávez solo quedan por ahí algunas franelas, un poco de afiches, de frases, gorras, banderitas y muchos epónimos del Comandante para disimular la claudicación, en plazas, en escuelitas, e inclusive en los mismos territorios que se les entregan ahora a los antiguos patrones capitalistas.

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Héctor Baiz

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