Manuel Caballero, la marca del diablo 666

Si de números se tratan los miembros de la honorable Academia de la Historia, Manuel Caballero ostenta el número diabólico 666 que anuncia la llegada de Satanás según el Apocalipsis… y precisamente eso fue lo que llegó a la Academia de la Historia, un testaferro del imperialismo, que tiene como misión: aniquilar la Sociedad Bolivariana, a los seguidores del Ideal Bolivariano, y hasta la propia historia para desvirtuar la gloria del Libertador.



Apenas se instaló en el número que dignamente llevaba José Luis Salcedo Bastardo, hombre que glorificó la vida del Libertador, y vuelve a sus andanzas en contra de Simón Bolívar… Las mentiras de este indigno escritor no son nuevas… ya lo había hecho veinte años atrás, cuando tuvo la iracunda verborrea para escribir un denigrante artículo donde denunciaba al Libertador como una “ladilla” y “persona detestable”… En esa oportunidad el periodista Manuel Caballero fue enfrentado valientemente por Cesar Naranjo Ostty quien lo denunció ante la Sociedad Bolivariana como un traidor cuando vociferó:



“Tengo las bolas bien puestas y por eso llamo a Bolívar una persona detestable”



Ante tales calificaciones, un representante de nuestras Fuerzas Armadas, el teniente Raúl Oviedo Rojas, tuvo que salir a la palestra pública por los oprobios al Padre de la Patria… El señor Ostty en respuesta pública a las ofendas del infeliz Manuel Caballero, escribió la siguiente anécdota:



“Estaba de visita en Moscú, donde visitaba el Museo de Pedro El Grande, quien también tuvo una altura elevada de más de 4 metros… y yo al ver sus botas y sus casacas dije: Si se compara a Pedro El Grande con Lenín, aquel fue un gigante… Inmediatamente el guía me vio de manera irascible y me increpó – Señor Naranjo, a Lenín no se le compara con nadie – De nada sirvieron mis excusas de que era una comparación simplemente física, pues el guía me manifestó – Que le sirva de advertencia lo que le dije, a Lenín no se le compara con nadie, oígalo bien, con nadie”



Lo de Moscú es un ejemplo de lo que significa la conciencia ciudadana para hacer honrar a las eminencias de una nación, y aún más si se trata de un prócer de la talla de Simón Bolívar, el Libertador de seis naciones… y qué diferencia de lo que pasa en nuestro país, donde un personaje se infiltra en una honorable congregación de historiadores, para impulsar su talibanismo político como militante de Acción Democrática, cuyo libro:



"Rómulo Betancourt, político de nación"



…acaba de ser bautizado por el buró sindical de AD y los máximos representantes de la oposición política al presidente Chávez, cuyas notas de prensa hablan por sí solas:



Manuel Caballero se aproxima al político

más influyente del s. XX en el país

El Nacional



Ese indigno representante de nuestra historia venezolana, que pareciera responder a los lineamientos de Washington, nuevamente arremete en contra del Libertador para desacreditar ese inmortal juramente que hizo Simón Bolívar el 15 de agosto de 1805, cuando parado frente a su maestro Simón Rodríguez, sobre las ruinas romanas en el Monte Sacro, juró la libertad del continente:





“... Juro por Dios y juro por mis padres, que no daré descanso a mi brazo ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español”



Ese juramento que tanto orgullo ha colmado los corazones de nuestros estudiantes desde sus comienzos en la escuela, que conmemoramos con júbilo nacional, que es la energía glorificante de la Revolución Bolivariana, la razón de ser de nuestro pasado glorioso, y constituye un grito de guerra en cada rincón del continente para enfrentar al imperialismo invasor, el desdeñable periodista lo ridiculiza con improperios y risibles expresiones peyorativas, propias de la vulgaridad y la ignorancia, más no de quién se esconde bajo un número satánico como el 666… Así se expresó este señor, que no tengo la menor intención de conocer personalmente; dice Manuel Caballero:



“…el 15 de agosto. Estamos en pleno ferragosto, el día más caliente del año, cuando hasta la más inocente gota de vino tomada para pasar por el gaznate un frugal bocado sube en volandas a la cabeza.



Sería sin embargo irresponsable atribuirle todo eso: no por respeto a la grandeza de los dos personajes históricos, sino porque el Libertador lo recuerda diecinueve años más tarde, y siempre la resaca trata más bien de hundir esos episodios en la memoria”



En opinión de Caballero, ese día Bolívar estaba borracho… y continúa:



“Aparte del calor de esos días, debe agregarse otro elemento circunstancial, que aunque nunca se haya ocultado, se suele desdeñar: quienes subieron al Monte a jurar, no fueron dos, sino tres personas; Fernando del Toro, primo de Simón Bolívar, también estuvo allí. Esto no es simple anécdota. Por una parte, la presencia de un tercer testigo-actor le resta al asunto mucho de ceremonia iniciática, de pacto maestro-discípulo con ribetes de secretísimo ritual masónico: "secreto a dos, es de Dios, secreto a tres, ya no es", dice el viejo refrán español (que acaso ya ellos conocían). Pero hay algo más: si dos es compañía, tres es multitud”



Si hubo dos, tres o mil personas, para nada le restan importancias a esas inmortales palabras que hoy pronunciamos, quienes tenemos conciencia patriótica y un corazón agradecido al hombre que sacrificó su fortuna, su felicidad y hasta su vida, por lograr la independencia de seis naciones, que hoy llevan con orgullo la firma indeleble de Simón Bolívar… Pero aún hay más en las apreciaciones de este macabro personaje para la dignidad venezolana:



De todas formas, aún si se tomasen al pie de la letra las acciones y los actos de Bolívar y Rodríguez, no deja de haber ocultamiento y manipulación en estos discursos de fiesta nacional. Se evita una de las frases más lapidarias de Rodríguez, escrita en 1828 :



"no hai cosa más patriota que un tonto"...

¿O sea, un idiota?



Nótese el cinismo, la antipatía y la morbosidad lapidaria que utiliza Manuel Caballero para arremeter contra los símbolos del Ideal Bolivariano al llamar a Bolívar “Idiota”… Todo esto es una práctica muy bien planificada, que ya vimos con el cronista de Margarita, Nicanor Navarro, que compara a Bolívar con Torquemada, Hitler, y demás nefastos personajes de la historia y la raza humana.



Es momento de actuar en una jornada nacionalista sin color partidista, para solicitar a la Fiscalía su intervención, para que este señor, Manuel Caballero, sea imputado por noticia criminis en contra de los valores patrios, y se le aplique todo el castigo que la Ley impone a los apátridas, traidores y delincuentes de la identidad nacional, cuyas penas están perfectamente tipificadas en el Código Penal Venezolano; y para muestra un botón:



Nuestra legislación prevé pena de prisión para quién queme o destruya la bandera nacional en áreas públicas… Pregunto: ¿Cuál sería la pena para los que pretendan destruir la imagen del Padre de la Patria?



Por los momentos, nos basta saber que la historia está allí para quienes saben leerla y tienen la virtud del agradecimiento; y que aún con toda su gloria y sus infortunios, Bolívar es lo más grande que ha conocido la historia, como bien dijo José Enrique Rodó:



“Libertador… grande en el pensamiento, grande en acción, grande en la gloria, grande en el infortunio, grande para magnificar la parte impura que cabe en el alma de los grandes”



PD: Es una obligación de la Comisión de Política Interior de la Asamblea Nacional, abrir una investigación para interpelar a Manuel Caballero y pedir su destitución de la Academia Nacional de la Historia.


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Jorge Mier Hoffman


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