Ampliamos este introito con algunas precisiones, con la idea de que los “boca negra” (Teodoro Pettkoff) y el “plasta” de avena de Amenai, no se sientan señalados como el que la pone y se realimenta. “Ya basta ya…”, por mas que se meneen, no digieren. Y si no fuera porque es ahora cuando esos cizañeros se refieren a la tragedia de los seres humanos que vivimos en los barrios pobres, sólo porque el Presidente Hugo Chávez les prestó el albergue en los espacios vacíos de Miraflores, no los nombraríamos nunca más. La indiferencia del pueblo es castigo eterno y silencioso.
Ahora a lo
que nos ocupa en la actualidad, y de lo que sí hay explicación del
porqué los voceros de esa parte de la oligarquía encabezada por Mezerhane
y el mamita Machado de Globovisión, se muestran “dolidos” por el
castigo de la naturaleza contra los que, alguna vez, sus ingenieros
dijeron que “esos hombres que viven “felices” en los cerros inestables
de Venezuela, son los mejores arquitectos”.
Ayudaron a
embaular algunas quebradas para que esos “…mejores arquitectos”
construyeran encima. Claro he ahí la explicación para tenerlos próximos
a la industria sin que invadieron los espacios de esa rancia burguesía.
Para tenerlos a la mano púes. Prefirieron declarar áreas enteras con
terrones (léase terrones) arquitectónicos del S.XVIII, una vez desocupados
por los nuevos ricos en ascenso como “patrimonio de la humanidad”.
De manera que esa “chusma” no se crea por encima de un título como
el “patrimonio de la humanidad” para pretender uno inmobiliario.
Así La Pastora, por ejemplo, se quedó ahí, con su placa, sus escombros
(vengan pa’ que la vean por dentro) y sus malandros cuidados por paracos
a los que nadie se les va liso. Si es que se va.
La Parroquia “San Juan”, en su viejo casco central, es un nido de viejos escombros; viejos malandros; viejos “veteranos”. Que no respetan a los VETERANOS del que hacer para adueñarse de ese titulo honrable. “San Juan” a la que Medina Angarita empezó a dignificar desde El Silencio, todavía está allí. Y ahora con nuestro Presidente Chávez, desde La pastora, aun cuando nos encontremos lejos de ella acá en el alero de La Casa del Abuelo de Barcelona, le hacemos una sugerencia: La Pastora San Juan y Caño Amarillo, este último donde hizo su primera escala el zorzal de Argentina, son tres amplios sectores de la gran Caracas, con todos sus servicios, factibles para su reurbanización. Con suficiente capacidad como para albergar todas las familias que hoy mal viven en las laderas de Caracas; laderas que deben ser rearborizadas, y no con gramínea, mala costumbre de adecos y copeyanos. Mejor con grandes árboles, incluidos frutales.
Y no crea,
Presidente Hugo Chávez, que estas son pendejeras de viejo. Conocemos
el monte y las casas para las familias que deben estar ahí y mas allá.
Esta, que es mi vida está en la orilla final después de tanto andar,
hombro a hombro con los desposeídos de los que soy parte. Se que nos
escuchará Usted, por ellos y por los árboles.
Un añadido
de última hora: algunos escuálidos de acá de esta región están
desanimando a los comerciantes para que no contribuyan con los damnificados.
Patria, Socialismo o barbarie