Tras el encuentro intercontinental (1492) que causó la muerte de 70 millones de aborígenes y la esclavitud de 12 millones de africanos, el pueblo venezolano se alzó contra el colonialismo en abril de 1810. Fernando VII, entonces Rey de España, había sido derrocado y su verdugo Napoleón I, Emperador francés, había tomado control de la Europa Occidental. Sin quererlo, éste estimuló la insurrección de los antiguos territorios controlados por la criminal corona ibérica.
Un tal Vicente Emparan, representante de España en Venezuela, renunció a su cargo de jefe local, propiciando así nuestras épicas batallas libertadoras, bajo el mando de Francisco de Miranda, Antonio José de Sucre, José Antonio Páez y el extraordinario Simón Bolívar. De aquella época precapitalista de dramáticas confrontaciones para execrar a la odiosa monarquía, fue Simón Bolívar quien brindó las mayores ideas revolucionarias a la conciencia americana. Él nos advertiría sobre asuntos superiores al triunfo republicanista, los cuales influirían en un nuevo modelo de justicia social para las nacientes repúblicas independientes.
Esto consta en sus iniciativas de ley para la equidad ciudadana y la participación del pueblo, a fin de impedir que nuevas élites internas oprimieran a la sociedad como antes lo hizo España. El Bolivarianismo brilló magistralmente en el Congreso Anfictiónico de Panamá (1824), proponiendo la unión latinoamericana y caribeña contra el panamericanismo de Monroe. Hoy el anticolonialismo renace en el antiimperialismo y la doctrina antioligárquica guía al socialismo del siglo XXI.
Constitucionalista y Penalista. Profesor Universitario
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